Positivismo en el ICO
Tras varios años en el mundo universitario, parece que la tradición familiar la llevó a la vida pública. Irene Garrido dirige desde esta semana el Instituto Oficial de Crédito
Más de 10.800 millones de euros en créditos concedidos a pymes y emprendedores en la primera mitad del año es solo uno de los datos que confirma que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) se ha convertido en un referente de financiación para los negocios de pequeño y mediano tamaño, esos que conforman la mayor parte del tejido productivo español. Continuar por esa senda es el reto que asume la nueva presidenta de este ente público, Irene Garrido (Madrid, 1960).
La ya responsable de esta institución no ha sido hasta ahora una cara muy conocida, pero llega al cargo con un importante bagaje profesional a sus espaldas. De origen gallego, más en concreto de Vigo (Pontevedra), Garrido es doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela y estuvo mucho tiempo vinculada al mundo académico.
En la Universidad de Vigo ejerció la docencia y ocupó varios cargos de gestión dirigiendo varios másteres y cursos. Allí fue directora del departamento de Economía Financiera y Contabilidad antes de que en 2011 iniciara su actividad parlamentaria.
No era difícil que Garrido acabara en la esfera pública, ya que es algo frecuente en su familia. Son muchos los miembros de esta con profesiones y cargos reconocidos, tanto en el ámbito de la política como en el mundo empresarial.
Diputada del Partido Popular en el Congreso desde hace dos años y medio, cuentan en su entorno que su etapa en la universidad parece acompañarla siempre. Y es que algunos de los que han sido sus colegas de trabajo en los últimos tiempos destacan la facilidad de la presidenta del ICO para transmitir sus extensos conocimientos a los demás.
En las Cortes ha desempeñado cargos de relevancia, como el de portavoz adjunta de la Comisión de Economía y Competitividad, pero sobre todo ha ejercido como una compañera ejemplar. Quienes han compartido con Irene Garrido estos últimos tiempos dicen tener en la actualidad un sentimiento agridulce: felicidad por el reconocimiento que supone para su labor el nuevo puesto que desempeñará, pero tristeza por perder el contacto diario con ella.
Dicen que le gusta escuchar todas las opiniones y que tiene dotes para la organización y para crear un buen ambiente laboral
Destacan en su entorno la entereza que la caracteriza a la hora de enfrentarse a los problemas y la forma tan positiva que tiene de ver las cosas. Por ello, todo apunta a que asume su nueva ocupación con ilusión, aunque consciente de la gran responsabilidad que conlleva.
Nombrada por el Consejo de Ministros la semana pasada, su incorporación se produjo hace apenas unos días. Aunque el ICO no es un completo desconocido para esta viguesa, puesto que ya fue en el pasado la encargada de gestionar varios temas relacionados con el instituto, apenas ha tenido tiempo para empezar a relacionarse con el departamento que dirigirá. Sospechan quienes han trabajado codo con codo con ella que no tomará decisiones importantes en un tiempo, hasta que no tenga todo bajo control.
En una reciente entrevista aseguraba al Faro de Vigo que el crédito hacia las empresas fluye y lo seguirá haciendo mientras haya demandas y estas sean solventes. Igualmente, Garrido defendió en sus declaraciones que los negocios deben encontrar formas de financiar sus proyectos más allá de los préstamos bancarios, haciendo incidencia en opciones como el capital riesgo.
En el trabajo, cuentan que a la nueva presidenta del referente crediticio de las pymes le gusta escuchar todas las opiniones y que tiene dotes para la organización, así como para crear un buen ambiente laboral.
De hecho, pese a la seriedad de los temas con los que lidia en el día a día y la rigidez que impera en muchos de los entornos en los que se mueve, dicen sus conocidos que Irene Garrido también tiene facilidad para encontrar huecos para las risas y la diversión cuando es oportuno.
No faltan quienes la describen como una especie de madre de sus compañeros, una faceta de su vida personal que parece trascender más allá. Casada, con dos hijos y ocho hermanos, Garrido es una persona muy familiar a la que no se le ocurre una forma mejor de pasar las vacaciones que en su tierra y rodeada de los suyos.
Como buena gallega, la morriña le afecta cuando pasa demasiado tiempo lejos de su región y por ello intenta estar allí todo el tiempo que puede. Además, es en Galicia donde mejor puede practicar una de sus aficiones: la natación.
Gran amante también de la lectura, su agenda pasará a estar aún más llena de lo que ya estaba, con lo que tendrá menos tiempo para disfrutar de todas esas cosas a las que se dedica en sus ratos libres.
Sin embargo, las largas jornadas de trabajo tampoco la asustan y las encara con la misma sonrisa que procura lucir ante cualquier situación, por complicada que se le presente. Aunque su predecesor en el cargo, Román Escolano –que pasará a ocupar la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones–, ha dejado un importante legado, la actual responsable pondrá también todo de su parte para dejar su sello personal en el ICO. Por el momento, se ha convertido en la primera mujer en presidirlo, pero se esforzará para ser recordada por sus propios méritos profesionales.