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Fin del veto de la CE a la empresa pública

Iberdrola y Gas Natural impulsan la construcción civil de Navantia

Fragata de Navantia.
Fragata de Navantia.

Navantia apuesta por los sectores eólico marino y gasero para aumentar su carga de trabajo tras el anuncio del vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, sobre el fin del veto a la construcción civil por parte de los astilleros públicos a partir del 1 de enero. “Expiran los compromisos de España [contraídos en 2004], entre los que se cuenta la limitación de las ventas civiles de Navantia hasta un máximo del 20% de las ventas totales como media móvil de tres años”, dijo Almunia este martes.

Ante la “contundencia” de esta declaración, fuentes de Navantia aseguraron ayer que sus perspectivas más inmediatas en el ámbito civil se encuentran en la realización de dos subestaciones del futuro parque eólico marino Wikinger, en Alemania, propiedad de Iberdrola. Unas obras que llevará a cabo el astillero de Puerto Real, centro más necesitado de actividad de los seis que gestiona la compañía al estar prácticamente parado, según las fuentes consultadas (los otros son los de Cádiz y San Fernando en Andalucía, Ferrol y Fene en Galicia, y Cartagena en Murcia).

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, anunció el acuerdo entre Iberdrola y Navantia en junio, durante una visita a Puerto Real. Mientras la firma naval está a la espera de la formalización definitiva del contrato, por unos 70 millones, hace saber que en el mismo proyecto el astillero de Fene podría adjudicarse la fabricación de los jackets, las estructuras que sostienen los aerogeneradores del mismo parque marino. Asimismo, de acuerdo con las mismas fuentes, está en fase avanzada de negociación la construcción de un buque gasero para Gas Natural, lo que contribuirá a impulsar la actividad de Puerto Real.

El levantamiento del veto a Navantia para la construcción civil, por parte de la Comisión Europea, recibió ayer el aplauso de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), cuyo presidente, Javier Sánchez Rojas, indicó que el cumplimiento del acuerdo “impacta también, y muy favorablemente, en el sector de las pequeñas y medianas empresas auxiliares”.

El miembro del comité intercentros de Navantia, Juan Bedeli, subrayó que, con la finalización del acuerdo alcanzado en su día con Bruselas, acaba también la prohibición de disponer de una plantilla de más de 5.560 trabajadores, impuesta por el mismo pacto. “Es momento de sentarse con Navantia y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales [SEPI, propietaria de la empresa], para analizar este punto”, declaró. En Navantia aseguran que esta cuestión no está sobre la mesa. “Lo primero que hay que conseguir es carga de trabajo con la plantilla que ya tenemos”, añaden.

Adjudicaciones militares y un buque para Pemex

No todos los centros de Navantia sufren tanto como el de Puerto Real por falta de carga de trabajo, según reconocen en la empresa. El Consejo de Ministros del 1 de agosto autorizó la construcción de dos buques de acción marítima para la Armada Española, por un coste de 333 millones de euros. Uno de ellos se fabricará en el astillero de Navantia de San Fernando, el otro en el de Ferrol.

En San Fernando se están realizando también lanchas de desembarco para Australia mientras en los centros de Ferrol y Fene se trabaja en un buque para la petrolera Pemex. Los centros gallegos tienen adjudicado un contrato para un buque anfibio para Turquía y otro para Australia, además del mantenimiento de cinco fragatas que se construyeron entre 2000 y 2010 para la Marina noruega. El centro de Cádiz se ocupa de la reparación de grandes cruceros, mientras el de Cartagena está volcado en la fabricación de submarinos S-80 para la Armada Española.

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