Las nuevas jubilaciones son un 37% más caras que las de los que fallecen
La cuantía media de las pensiones de jubilación que se han dado de alta en este primer semestre de 2014 asciende a 1.295 euros al mes;mientras que la cantidad media que cobraban los pensionistas que fallecieron, y por tanto se dieron de baja en el sistema, en este mismo periodo era de 942 euros mensuales. Esta diferencia supone que las nuevas pensiones de jubilación son un 37% más caras que las de los que fallecieron.
El motivo principal son las mayores carreras de cotización de aquellos que llegan al sistema en comparación con las que tuvieron los que lo abandonan por fallecimiento.
Además, las nuevas altas de jubilación crecían un 2,5% en junio, más que lo que aumentan las bajas (1,1%) y este fenómeno (incremento neto de pensiones y de mayor cuantía) se lleva produciendo de forma sostenida en los últimos años. Esto explica fundamentalmente el constante aumento del gasto en pensiones, ya que se cobran prestaciones más caras y durante más tiempo (una media de 18 años desde la jubilación)
Con ello, la nómina mensual que pagó la Seguridad Social a principios de agosto para abonar un total de 9,21 millones de pensiones contributivas (jubilación, viudedad, incapacidad permanente y orfandad) ascendió a 8.042 millones de euros, un 3,1% más que en el mismo mes de hace un año.
De esta forma, el gasto mensual en pensiones volvió a batir su propio récord histórico, debido además de al incremento de las cuantías, a un mayor número de pensiones a pagar, que se incrementaron un 1,4% en agosto en comparación con el mismo mes del año anterior.
Las jubilaciones anticipadas y parciales antes de la edad legal han caído un 6,5%
Freno al gasto
No obstante, a pesar de que la nómina total de pensiones es la más alta de la historia, desde principios de este año este gasto crece con menos intensidad de la que lo hacía desde 2008, cuando marcó el máximo con incrementos interanuales del 8,5%.
Así el gasto en prestaciones contributivas (a excepción de las de desempleo) ha pasado de aumentar cerca de un 5% anual desde 2010 a poco más del 3% en el primer semestre de este año. En esta línea, el Gobierno prevé un gasto en pensiones para todo 2014 de 112.102 millones de euros, lo que supondrá un 3,26% más, 1,6 puntos menos que en 2013. Esto representa un ahorro de unos 1.800 millones de euros.
A este ahorro han contribuido tres factores fundamentalmente: un leve freno en el incremento del número de pensiones; la exigua subida de las pensiones del 0,25% este año, siguiendo el nuevo mínimo que marca la ley; y un menor acceso a las jubilaciones anticipadas y parciales antes de los 65 años, como efecto del endurecimiento normativo de hace algo más de un año.
De hecho, los últimos datos conocidos indican que el número de españoles que se jubiló antes de cumplir la edad de jubilación (65 años y dos meses en 2014) ha caído un 6,5%. Y es que el efecto de las jubilaciones tempranas para las arcas del sistema es de lo más perjudicial, ya que se trata de pensiones más altas, que se cobran durante más tiempo y sus perceptores dejan de cotizar antes.
Edad real de jubilación
Así, según las cifras de agosto conocidas ayer, la pensión media de las nuevas altas de jubilación que se producen antes de los 65 años ascendía a 1.467 euros al mes, frente a los 1.179 que cobran los nuevos jubilados que se retiran a partir de la edad legal. Por ello, el colectivo con pensión media más alta (excluyendo la jubilación especial de los mineros) es el de los nuevos beneficiarios con 60 años (1.603 euros).
Estos mismos datos indican que la edad media real a la que se jubilan los españoles es 64,2 años en agosto. Mientras que en el régimen general esa edad media es de 63,8 años y en el régimen de autónomos supera la legal (65,8 años).
Un año electoral también para las pensiones
A la vuelta del verano el Gobierno tiene que sentarse a diseñar los Presupuestos Generales para 2015; y serán los últimos de la legislatura, ya que si no hay ningún cambio habrá elecciones generales en noviembre del año próximo. Y no serán las únicas porque unos meses antes se celebrarán también comicios autonómicos y municipales en primavera.
Esto hará sin duda que el Gobierno aproveche cualquier margen presupuestario para hacer guiños a los electores. Y uno de los principales y más numerosos grupos de votantes –si no el que más– es el de los pensionistas. Por eso, aún está por ver si el Ejecutivo mantiene el rigor presupuestario que le ha caracterizado en la legislatura y aplica la subida mínima de las pensiones prevista en la última reforma (0,25%) o, por el contrario decide aprobar un mayor incremento (la ley le permite hasta el IPCmás 0,5%).
Teniendo en cuenta que la delicada situación financiera de la seguridad Social –con un déficit de más del 1% del PIB, lo que está obligando al Ejecutivo a usar el fondo de reserva de las pensiones, del que se han sacado casi 25.000 millones desde 2012– fuentes de la Administración defienden que el próximo año la subida de pensiones debería limitarse nuevamente al mínimo legal del 0,25%. Es más, dado nivel negativo de los precios (en julio el IPC cayó un 0,3% anual) el Ejecutivo podría argumentar incluso esta circunstancia una ganancia mayor de poder adquisitivo de los pensionistas, sin tener que pagarles más dinero. Sin embargo, no falta quien ya opina que habría que hacer un esfuerzo para que la subida sea algo superior a la mínima, pensando siempre en que es un año electoral.