En los cacahuetes está el éxito
Qué se puede hacer cuando tienes entre 25 y 40 años y, de la noche a la mañana, te quedas sin empleo porque tu empresa cambia de dueño y despide a toda su plantilla? Como dijo sir Winston Churchill con motivo de la reentrada en servicio de un navío de guerra destruido por los alemanes y rehecho por los británicos, se trataba de construir “un nuevo tonel en torno al viejo tampón”.
La historia del grupo empresarial extremeño Mercoguadiana no se remonta a la Segunda Guerra Mundial aunque tiene algunos paralelismos. Arranca en el año 1991, cuando el Gobierno decide privatizar la empresa pública Mercados en Origen y Pedro González Bordallo, entonces director de esa empresa, que residía en Madrid, vuelve a Extremadura y, junto a otros cinco componentes de la empresa privatizada que les dejaba sin el empleo, deciden utilizar sus conocimientos, su experiencia, su prestigio, sus contactos, su ilusión e indemnización por despido en crear una nueva empresa.
Nació “en una oficinita que nos cedieron en Villanueva de la Serena” (Badajoz). “No más de treinta metros”, recuerda 23 años después el presidente del grupo. Y hoy las naves de almacenamiento y las fábricas de elaboración de los productos que fabrica o distribuye Mercoguadiana se extienden por la cuenca media del Guadiana, y el anagrama de la marca está presente en numerosas localidades, desde Navalvillar de Pela, conexión entre las vegas altas y las vegas bajas del río, Don Benito y Santa Amalia, hasta Gévora, a las puertas de Badajoz, pasando por Castuera, Guareña, Mérida, Puebla de la Calzada y Montijo.
“Empezamos absolutamente de cero los seis socios trabajadores. Poco a poco fuimos desarrollando el proyecto e incorporando a un gran número de personas que también se habían quedado sin empleo con la venta de la antigua empresa. Nuestro objetivo era tener un puesto de trabajo, y sigue siendo el mismo”, afirma Pedro González Bordallo.
La actividad se centraba entonces en el almacenamiento y secado de maíz, en Guadiana del Caudillo. Después crecieron las líneas de negocio y hoy el grupo comercializa cereales (trigo, cebada, arroz, maíz), proteaginosas, materias primas para la ganadería, piensos compuestos, fertilizantes sólidos y líquidos, semillas, seguros y otros servicios agrarios, productos zoosanitarios, fitosanitarios y producción de sémola de trigo duro. A todo ello se le unirá muy pronto la elaboración de grits (copos y sémola) de maíz y en un futuro que ya está en el campo de la experimentación: cacahuetes.
Cuando los responsables del grupo detectan una oportunidad de crecer, extienden su maquinaria empresarial. Primero con carácter experimental, para comprobar que pueden alcanzar la calidad que el mercado exige y hacerlo a un precio competitivo. Eso es lo que está ocurriendo actualmente con el cultivo del cacahuete. Y, más tarde, creando las instalaciones necesarias para recibir la materia prima de sus proveedores, tratarla y ponerla en el mercado, como ocurrirá muy pronto con el grit de maíz. Para producir copos y sémolas de este cereal, en definitiva, grits de diversa granulometría, se está levantando en el polígono industrial El Prado, de Mérida, una fábrica sobre una parcela de 32.000 metros cuadrados. La inversión inicial es de 8 millones de euros y hay ya en marcha una ampliación en nuevas líneas de aprovechamiento del grano, con una inversión adicional de 2,5 millones de euros más.
Afirma Pedro González que en el arranque exitoso de Mercoguadiana fue determinante “la confianza de los agricultores de la zona”, con los que los promotores de la nueva empresa habían estado trabajando durante los 20 años anteriores, a través de la empresa pública Mercados en Origen. Otro factor que el presidente del grupo extremeño considera básico fue el contar con un equipo humano excepcional. “Igualmente, fue determinante el apoyo de las tres entidades financieras con las que se contactó y con las que, casi 25 años después, seguimos trabajando, si bien el importante crecimiento de la empresa ha permitido que el número de entidades que colaboran con nosotros se haya incrementado notablemente”, añade.
En su primer año de existencia, Mercoguadiana facturó menos de 100 millones de pesetas. Durante el ejercicio económico en vigor, los responsables del grupo agroindustrial extremeño esperan facturar unos 150 millones de euros, es decir, aproximadamente 25.000 millones de pesetas, si la extinta divisa española siguiese circulando.
Extremadura tierra de maní
El grupo empresarial extremeño controla actualmente plantaciones de cacahuete en Badajoz, Cáceres, Sevilla, Córdoba, Huelva y Portugal, sobre una superficie global que supera las mil hectáreas cada año. En las instalaciones de Mercoguadiana se pueden procesar en estos momentos hasta 8.000 toneladas anuales. Cuando se amplíe la superficie de cultivo y se superen las 8.000 toneladas anuales de producción, el grupo extremeño construirá nuevas instalaciones en Puebla de la Calzada para descascarillar, blanchear y envasar el fruto a gran escala. El presidente de la empresa habla de una nueva inversión de 20 millones de euros.La multinacional PepsiCo está interesada en adquirir la producción de cacahuete.
Datos básicos
PLANTILLA AJUSTADA. “Tenemos los empleados que necesitamos, ni más ni menos”, afirma Pedro González, presidente de la empresa. “Ni andamos con miserias ni queremos que nuestra empresa parezca un ministerio”. El número de empleados oscila entre 100 y 300, según se esté en campaña o no. Son trabajadores experimentados, de esos que dan confianza al empresario.
EQUIPO CON TALENTO. En 2005, una importante empresa del sector de las pastas alimenticias cerró la fábrica que tenía en Puebla de la Calzada, en el corazón de las vegas bajas del Guadiana, y envió al paro a sus 25 empleados. Las instalaciones iban a ser demolidas cuando Mercoguadiana, a través de su participada Merco Nidera, las compró. A continuación, contrató a todos los trabajadores que habían sido despedidos de la antigua fábrica de sémola con el fin de aprovechar sus conocimientos y experiencia, incorporó nueva tecnología, adaptó la maquinaria a las necesidades del mercado y, nueve años después, esa fábrica está en plena producción de sémola de trigo duro.
GRANO EXTREMEÑO. La producción extremeña de trigo duro no agota la capacidad de Mercoguadiana. El grupo trata anualmente 40.000 toneladas, con las que elabora 25.000 toneladas de sémola en Puebla de la Calzada, con una capacidad de molturación de 140 toneladas diarias. Puede absorber toda la producción extremeña de esta variedad cerealista. El trigo que no se encuentra en Extremadura se adquiere en Andalucía. En Extremadura se cultivan cada año más de 60.000 hectáreas de maíz con una producción anual que supera las 600.000 toneladas.