RBS logra hacerse con reservas
Royal Bank of Scotland ha encontrado parte del respiro que tanto necesita. Los inversores respondieron a los resultados del primer semestre del banco de Reino Unido catapultando sus acciones un 15% tras casi duplicar sus beneficios antes de impuestos con respecto al primer semestre de 2013. La buena noticia llega en el momento adecuado, ya que puede que la segunda mitad del año no sea tan fácil.
La verdadera emoción para los castigados inversores no la representan las cifras de RBS, sino sus perspectivas. En 1.000 millones de libras (unos 1.260 millones de euros), las expectativas de deterioro de la entidad para el conjunto del año se han reducido a la mitad.
El banco esperaba 3.100 millones de libras en desinversiones, principalmente a través de la venta de su filial estadounidense Citizens. Con un mejor respaldo operativo, Ross McEwan, el consejero delegado, no tendrá que venderla a un precio tan pretencioso para alcanzar su objetivo para 2017 de un ratio core Tier 1 del 12% según las normas de Basilea III.
Pero hay varias razones para mantener la cautela. RBS se ha beneficiado de disposición de los inversores del capital privado que pretenden aprovecharse de la situación ya que estos pagarán por la maraña de banca de inversión y activos de propiedad que RBS está intentando vender. Los compradores pueden llegar a escasear en el segundo semestre si los mercados se vuelven más volátiles o el crecimiento de Reino Unido se desacelera.
También existe una incertidumbre regulatoria: los bancos de Reino Unido no sabrán hasta Año Nuevo qué niveles de capital y apalancamiento deben alcanzar. La revisión de la competencia británica y la independencia de Escocia podrían perjudicar a RBS si conducen a rupturas forzadas o a un voto afirmativo. Los procesos judiciales siguen preocupando.
Los inversores no se están dejando arrastrar demasiado. La precaución está justificada. Las ganancias del primer semestre son solo un colchón.