Confianza y empleo, claves para el PIB
El crecimiento de la economía está echando raíz. En los tres meses del segundo trimestre del año ha avanzado un 0,5% sobre los del primero, y en los últimos 12 meses acumula un avance del 1,1%. El alza, tras un año completo de crecimiento, es cada vez más intenso, amparado por un entorno de financiación asequible y despejado; por la recuperación de la confianza y del empleo, que ha tornado en positivas las expectativas negativas; por la revalorización de la riqueza financiera de los hogares, y por la ganancia de competitividad externa por la flexibilidad en los costes. Está echando raíz porque el paradigma de la actividad es radicalmente diferente al de antes de las reformas laborales, fiscales y financieras del Gobierno.
Pero estos fundamentales dan para lo que dan: un crecimiento que puede llegar al 2% en 2015, pero que puede estar topado, y con él, el avance consistente del empleo, si las ajadas locomotoras del crecimiento del pasado no son sustituidas por actividad manufacturera más consistente. Las reglas están puestas, con una normativa que facilita la vida a los proyectos de inversión empresarial, tal como confirma su recuperación en los últimos meses. Pero tiene que reforzarse y hacerse mucho más intensa para ganar posiciones que permitan sustituir a sectores que tendrán limitada aportación en el futuro.