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Columna
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Amigos con beneficios

John Thain está recuperando importancia con un poco de ayuda de algunos antiguos colegas de Goldman Sachs. Thain ha estado haciendo penitencia en la dirección de CIT durante los últimos cuatro años después de ejercer como último jefe de Merrill Lynch. Ahora desembolsará 3.400 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros) en la compra OneWest Bank, que es propiedad de, entre otros, de una pandilla de antiguos trabajadores de Goldman. El acuerdo se las arregla para llevar a CIT y a Thain de nuevo al club de instituciones financieras de importancia, aunque sea a duras penas.

Aún no está arriba con los grandes. Sumar el balance de OneWest aumenta el total de los activos de CIT en unos 67.000 millones de dólares. Eso está por encima del umbral de 50.000 millones que los reguladores han fijado para las instituciones financieras de importancia sistémica, pero muy lejos de sus antiguos empleadores de Wall Street. Goldman Sachs tiene 860.000 millones de dólares en activos, mientras que Bank of America, que adquirió Merrill, tiene un balance de 2,1 billones.

Sin embargo, Thain parece orgulloso de ir superando los diferentes obstáculos que se encuentra. La entidad, según dijo a los inversores el martes, se ha estado preparando para este momento durante varios años a través de un crecimiento orgánico.

El directivo tiene mucho que agradecer a sus amigos de Goldman por haber llegado hasta aquí más rápido.

Además, es un buen negocio para CIT. Los depósitos representarán el 57% de su financiación a nivel comercial, frente al 44% actual. Eso debería reducir en un punto porcentual sus costes de financiación, un importante ahorro para la empresa. Los beneficios de OneWest también permitirán a CIT reforzar su renta neta. Con ello Thain predice un 13% de rentabilidad antes de impuestos sobre el capital tangible y una tasa interna de retorno del 15% sobre el acuerdo en 2016. En definitiva, es un acuerdo amistoso.

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