Los colocadores no se ponen de acuerdo
Una nueva disputa entre bancos y asesores de ofertas públicas de venta (OPV) ofrece una oportunidad para reformar una antigua debilidad de las salidas a bolsa europeas. Por lo menos dos grandes entidades colocadoras piden a la Autoridad de Conducta Financiera de Reino Unido que investigue si los consejeros independientes en las OPV presionan a los analistas, lo que lleva a que las salidas a bolsa a ser caras.
Los asesores independientes han llegado a ser comunes en las nuevas emisiones europeas. Los tres grandes –Rothschild, Lazard y STJ Asesores– han manejado más del 40% de las operaciones de este tipo en el continente este año. Afirman garantizar que los vendedores ofrecen un buen valor. Después de todo, salir a bolsa es algo que sucede una sola vez, por lo que los emisores no podrían detectar si los agentes colocadores infravaloran un acuerdo para que sea una venta fácil.
Es fácil ver por qué las interacciones con analistas han sido objeto de escrutinio. Existen conflictos potenciales: los analistas pueden sentirse presionados para dar bombo a una nueva emisión, conscientes de que esto podría ayudar a que su empresa ganara la orden de colocación. Y los asesores tienen un incentivo para mantener a los analistas menos optimistas ocultos durante la comercialización.
Hay posibles conflictos ya que los analistas pueden sentirse presionados por las nuevas emisiones
El problema del sobreprecio no está comprobado, pero es seguro que el papel de los analistas de ventas en las OPV es muy importante y necesita mayor responsabilidad. Se supone que los inversores deben basarse en el proyecto de marketing al evaluar una nueva salida, pero estos documentos se orientan al pasado. En realidad, aprovechan los informes de los bancos patrocinadores. Estos no son ampliamente publicados o distribuidos, pero su calidad de visión de futuro hace que sean fundamentales para la toma de decisiones. Sin embargo, se consideran tangenciales al proceso.
La disputa sobre los asesores independientes es una oportunidad para que los supervisores revisen la función que los analistas y su investigación deben desempeñar en las OPV. Una mayor transparencia disiparía las sospechas sobre asesores y entidades colocadoras por igual.