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Contante & Sonante

La mayor preocupación de la banca ahora es superar los test de estrés

Tras seis años de crisis, la banca española comienza a recuperar la normalidad, aunque, como apuntan prácticamente todos los planes de negocio de los bancos y de la propia AEB, el sector difícilmente volverá a tener rentabilidades como las alcanzadas antes de 2007.

Los mayores requisitos de capital exigidos por las autoridades supervisoras y apoyados en nuevas normas que pretenden proteger más la solvencia de las entidades y, por lo tanto, cubrir más sus riesgos, traen como consecuencia esta merma de rentabilidad. La aún incipiente recuperación económica y las también aún elevadas provisiones que deben realizar los bancos tampoco ayudan en nada a recuperar los retornos previos a la crisis.

Esta es una de las principales ocupaciones y preocupaciones de la banca española y prácticamente de toda la europea. Pero no es el único ni el más inmediato quebradero de cabeza de las entidades financieras. Los próximos test de estrés que realizará el Banco Central Europeo (BCE) de la mano de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) sí se han convertido en una obsesión para el sector.

En el último consejo de CECA se abordaron varios asuntos, pero el protagonista de la reunión fue el examen por el que tienen que pasar las entidades financieras. La prueba pretende disipar las dudas sobre la salud del sector, y esperemos que así sea.

En las reuniones de los bancos en la AEB los test de estrés también ocupan gran parte de la conversación.

La banca parece que ha aprendido la lección y más que abrir el grifo del crédito, su prioridad es su capitalización. Saben que todos los ojos están puestos en las cifras de financiación que conceden mes a mes, pero también saben que si suspenden los test el castigo para la entidad, y por extensión para la economía del país, será peor que un tirón de orejas de vez en cuando por dar crédito gota a gota. De ahí que la palabra que más repite el Banco de España y la que más practica la banca en estos meses es la capitalización. Y luego ya vendrá el crédito.

Y entremedias, las antiguas cajas de ahorros, las sanas, claro, han decidido no esperar un lustro para adaptarse por completo a la ley de cajas y fundaciones, y prefieren abrir su capital a inversores privados este mismo año o a lo sumo el que viene. No quieren que el Banco de España las penalice con un fondo de reserva tan elevado que pasen de sanas a tocadas.

Por cierto, parece que todos los bancos, incluidos el de las rurales (el de Cajamar), van a aprobar los test de estrés, eso sí, alguno con más holgura que otros.

Y hablando de rurales. Hoy lunes, al margen de que está previsto que las autoridades europeas terminen de revisar la calidad de los activos de la banca (conocido como AQR), también finaliza el plazo dado por Cajamar y sus 18 socias unidas bajo el paraguas del Banco de Crédito Cooperativo y Social para salirse de Unacc.

La patronal de las cooperativas celebra hoy consejo de administración para dar una respuesta a la propuesta de Cajamar y sus socias para no abandonar la Unacc. Cajamar quiere más peso en la patronal, el equivalente a su tamaño, lo que significa, según varias fuentes, una representación del 40%, lo que la daría derecho a elegir al presidente. La solución es complicada y no sería extraño que Cajamar, a través de su banco, pasase en unos meses a engrosar la lista de socios de la AEB.

El BCE, mientras, esperará a septiembre como mínimo para hacer públicos los resultados de los AQR, “si es que lo hace, porque podría ser que ya aprovechasen y solo diesen a conocer los resultados tras los test de estrés”, señala una fuente bancaria.

Por cierto, es asombroso cómo los responsables de Novagalicia, ahora Abanca, lograron la semana pasada que unos 4.000 empleados no extendieran a bombo y platillo el nombre de la nueva marca de la entidad. En una reunión con la plantilla, celebrada el sábado 21 de junio, el nuevo dueño de Novagalicia, Juan Carlos Escotet, desveló la denominación de la entidad a los empleados. “Se llamará Abanca”, dijo, y pidió confidencialidad a todos hasta su presentación oficial, el pasado 26 de este mes. Y casi lo consiguió.

En la presentación ya oficial, Escotet comparó el nuevo banco con una caja de ahorros. “Nace un banco con alma de caja”, dijo el propietario. Y, según el proyecto que tiene, algo de eso quiere aplicar en la estrategia de la entidad. Pretende evitar la exclusión financiera en Galicia, objetivo más propio de una caja que de un banco. Y para conseguirlo tiene previsto tener presencia en todos los municipios gallegos. Y si hay que abrir oficina, pues se abre, eso sí, cerrando en otras plazas.

Por otro lado, esta semana las seis principales entidades financieras (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular y Sabadell) tienen previsto anunciar la creación y composición del fondo para recapitalizar la deuda de empresas para evitar su liquidación. Las dudas, pese a ello, son varias, entre ellas: los gestores del fondo. N+1 y McKinsey fueron contratados para este cometido, pero alguna que otra diferencia monetaria entre la banca y las dos firmas han provocado algunas dudas que la semana pasada aún no estaban resueltas.

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