REE ve posible el cierre de más de diez centrales de gas “sin riesgo”
Un informe de 2011 indicaba la posibilidad de cerrar 6.000 MW Las centrales de gas funcionan al 7% de su capacidad El hundimiento de la demanda las ha dejado a la cola del mercado
En julio del año pasado, Iberdrola solicitó al Ministerio de Industria la autorización para cerrar una de sus centrales de ciclo combinado, el grupo tercero del complejo que tiene en Arcos de la Frontera (Cádiz) con una potencia de 800 MW. La eléctrica alegó para ello la sobrecapacidad del sistema y el hundimiento de la producción de este tipo de centrales, que en su caso había caído un 65% solo en 2012. En febrero pasado, el ministerio denegó el cierre de la planta basándose en un informe técnico de REE, en el que el operador desaconsejaba su clausura por razones de seguridad de suministro en la zona.
Sin embargo, se trataba solo de una propuesta de resolución a la que le faltaba el dictamen de la CNMC. Además, había que dar a Iberdrola la posibilidad de alegar, algo que ya ha hecho. Para el cierre de una central es obligatorio la autorización del regulador (Industria), previo informe técnico del operador del sistema y de un dictamen preceptivo, pero no vinculante, de la CNMC.
En una de sus últimas reuniones, este organismo ha aprobado dicho dictamen y en él desvela la existencia de dos informes de REE “de signo contradictorio” respecto al cierre del ciclo de Arcos de la Frontera, aseguran fuentes solventes. En el primer informe, el operador del sistema consideró viable el cierre, pero se retractó en otro posterior “a petición del ministerio”, según añaden las mismas fuentes.
Hace mucho tiempo que el operador del sistema, a la vista de la dramática situación de unas centrales que apenas funcionan al 7% de su capacidad y de la caída de la demanda, ve posible el cierre de plantas de gas sin que ello suponga ningún problema de suministro. Así, en un informe de 2011, a cuyo contenido ha tenido acceso CincoDías, REE consideró que de los 25.000 MW de ciclos combinados en funcionamiento, se podían cerrar 2.000 MW “sin ningún riesgo” y otros 4.000 MW “con riesgo mínimo”. Teniendo en cuenta una media por planta de 800 MW, se podrían clausurar sin problemas más de ocho. Si además se tiene en cuenta que desde 2011 la demanda ha seguido derrumbándose, el número hoy día sería muchísimo mayor.
En REE aseguran que la decisión sobre los cierres “va por zonas”. Y que en el caso del ciclo de Iberdrola se desaconsejó después de que la Junta de Andalucía decidiera el cierre, por razones medioambientales, de otra central en la provincia de Cádiz, uno de los grupos de Nueva Generadora del Sur, en Algeciras.
Sin embargo, la sobrecapacidad de generación con gas en el sur de Andalucía es evidente. Entre Huelva, Cádiz y Málaga suman una decena de ciclos combinados con una capacidad de casi 5.000 MW, entre los que están incluidos los de Arcos.
El hecho de que el operador del sistema considere técnicamente viable el cierre de unas plantas que, de lo contrario han de soportar los costes de mantenimiento y de los contratos de gas para estar disponibles, sería una baza ante los tribunales tanto para Iberdrola como para cualquier otra compañía en su misma situación.
A la espera de un plan de hibernación
Iberdrola es la única compañía que ha dado un paso al frente al solicitar al Ministerio de Industria el cierre de uno de sus tres ciclos combinados de Arcos de la Frontera. Lo hizo hace casi un año alegando, entre otros, que su clausura “propiciaría una mayor utilización de los otros dos grupos”, lo cual “garantizaría el empleo y contribuiría al desarrollo de la zona”.
En Arcos, Iberdrola tiene tres centrales que suman 1.600 MW de capacidad. En 2012, la eléctrica puso en marcha un plan de eficiencia de las centrales térmicas para adaptar su parque al descenso del llamado “hueco térmico”, que ha supuesto el cierre de centrales de fuel y carbón. En sus alegaciones, subraya que la producción de sus ciclos combinados en ese año apenas representó el el 5% del total de su generación.
Pero el ministerio no parece dispuesto a consentir un primer cierre porque detrás vendrían otros más y menos aún a compensar a las empresas por el cierre de las plantas, tal como habrían solicitado según fuentes del sector.
Otras propietarias de ciclos aseguran que, al contrario que Iberdrola, no han solicitado ningún cierre a la espera del desarrollo del real decreto sobre pagos por capacidad e hibernación de los ciclos combinados, una de las normas de la reforma eléctrica de julio del año pasado que están pendientes de aplicación.
El sector lleva meses esperando a que REE publique su decisión sobre qué ciclos pueden ser hibernados y cómo. La hibernación se haría mediante subasta.
Industria tampoco ha dado una respuesta definitiva a la petición de Iberdrola (la de febrero fue una propuesta de resolución) quizá a la espera de completar la normativa sobre unas plantas cuya situación resulta dramática.
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