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Las aportaciones a planes se han estancado

670.000 personas se ‘esfuman’ de los planes de pensiones

Miguel Moreno Mendieta

Los planes de pensiones se desangran. El que fuera el producto estrella para completar la pensión pública tras la jubilación lleva años perdiendo lustre. La reforma fiscal, que previsiblemente recortará las ventajas tributarias de los planes, será un rejón más para estos vehículos de inversión.

El número de propietarios de planes de pensiones privados se ha reducido, entre 2010 y 2013, en 667.000 personas, al pasar de 10.818.000 partícipes, a 10.151.000.

La sangría se está produciendo en todos los frentes, tanto en los planes de pensiones individuales como en los de empresa, aquellos promovidos por una compañía para ofrecer un complemento salarial a sus empleados.

En el caso de los individuales, llegaron a sumar 8,6 millones de partícipes (en 2010) y ahora tienen menos de 7,8 millones. Los de empleo llegaron a tener 2,18 millones de propietarios, y ahora suman 2,1 millones.

“El problema es que a la hora de contratar este producto lo más importante debería ser la voluntad de lograr un ahorro que complemente la jubilación, lo segundo, beneficiarse de un incentivo fiscal y, lo tercero, conseguir algún regalo del banco, pero el orden de prioridades es justo el inverso”, explica un directivo del sector.

La desafección de los ahorradores hacia este tipo de fórmulas de ahorro previsión también se aprecia claramente en las aportaciones anuales. En los ejercicios previos al inicio de la crisis, los españoles llegaban a aportar cerca de 7.000 millones al año en planes de pensiones, pero en los últimos ejercicios, las contribuciones apenas llegan a los 4.000 millones, debido al fuerte aumento de desempleo y a la caída de la renta disponible de las familias.

Las prestaciones recibidas por los propietarios de planes de pensiones dependen del número de personas que se jubilan o que acceden al rescate del plan de pensiones por alguno de los supuestos especiales, como es el desempleo o la amenaza de perder la vivienda habitual. Esta variable ha permanecido más estable, y está entre los 3.900 y los 4.100 millones anuales.

Aportaciones congeladas

La drástica caída de las aportaciones unida a la constancia en las prestaciones ha hecho que durante los últimos ejercicios las aportaciones netas hayan quedado casi planas (58 millones en 2012 y 233 millones en 2013).

Ante el estancamiento en las contribuciones netas de los partícipes, la evolución del patrimonio acumulado en los planes de pensiones ha dependido casi en exclusiva de la revalorización de los productos en los que invierte cada vehículo. Así, aunque durante el periodo 2009-2012 se ha mantenido bastante estable alrededor de 85.000 millones de euros, el pasado ejercicio saltó hasta los 92.413 millones de euros, gracias a la buena evolución de los mercados mundiales de deuda y de renta variable.

Aunque el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Economía, Luis de Guindos, se han pronunciado a favor del promover el ahorro a largo plazo en la inminente reforma fiscal, lo cierto es que las primeras informaciones apuntan a que en la misma se limitarán los incentivos fiscales para este tipo de productos.

Actualmente, los menores de 50 años pueden deducirse de la base imponible del IRPF hasta 10.000, por aportaciones a planes. El informe de expertos encabezado por Manuel Lagares ya pidió limitar el tope de la deducción y parece que esa va a ser la decisión que adopte definitivamente el Gobierno. De confirmarse la medida, el sector teme los planes pierdan todo su atractivo y caigan en la irrlevancia.

La aportación mensual media no llega a 30 euros

El manual de los planes de pensiones defiende que los particulares deberían destinar hasta un 10% de sus ingresos anuales para poder acumular un patrimonio lo suficientemente grande como para complementar las pensiones públicas, que en los últimos años tienden a menguar. Sin embargo, la realidad es que las aportaciones que realizan los ahorradores a pensiones privadas son muy bajas. Casi testimoniales. De acuerdo con los últimos datos facilitados por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), correspondientes a 2012, el 76% de los partícipes (6,2 millones de personas) realizó aportaciones anuales inferiores a 300 euros, lo que supone menos de 25 euros al mes. En cambio, ahorradores que se acercaran a los topes de desgravación fiscal, aportaciones entre 8.000 y 10.000 euros, tan solo fueron 33.000 personas, lo que supone un exiguo 0,3%.

Este es uno de los argumentos que utiliza el sector financiero para defender que este tipo de productos no se está utilizando como una forma de reducir la carga fiscal.

Según la última memoria de Inverco (la patronal de los fondos de inversión y planes de pensiones), el 90% de los aportantes a planes de pensiones tenía unos ingresos anuales inferiores a 60.000 euros (según datos de 2010) y la reducción media de la base imponible del IRPF fue de 1.364 euros. Por lo tanto, el ahorro fiscal por partícipe no llegaría ni a 300 al año.

Además, según recuerdan desde Inverco, no se trata de una exención fiscal, sino de un diferimiento en el pago de impuestos, dado que cuando el partícipe rescata el plan de pensiones, debe tributar por los rendimientos del producto de acuerdo al tipo marginal del IRPF, que puede llegar al 52%.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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