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Columna
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Siemens ofrece una alternativa real

Siemens y Mitsubishi Heavy Industries han propuesto comprar juntos algunos de los activos energéticos de Alstom. Este esquema ofrece menos efectivo y más complejidad que la amistosa oferta de General Electric por la división eléctrica en conjunto. También tiene menos sentido industrial. Como tal, sigue siendo un plan B. Al menos es creíble y políticamente astuto.

Según la propuesta, Siemens compraría las turbinas de gas de Alstom por 3.900 millones de euros en efectivo. El grupo japonés gastaría 3.100 millones en intereses minoritarios en tres negocios separados de la energía. MHI también propone comprar a Alstom un 10% de su participación en el grupo de construcción Bouygues, en el que posee un 29% de las acciones.

La oferta de Siemens-Mitsubishi parece encaminada más al gobierno francés que a los accionistas de Alstom. Al igual que la oferta de GE, es rica en promesas de empleo. El negocio nuclear también se mantendría bajo control francés, complaciendo a París.

La oferta de Siemens y Mitsubishi parece más encaminada al gobierno francés que a los accionistas de Alstom

Alstom no publica cifras detalladas sobre sus diferentes actividades de energía, lo que dificulta las comparaciones. Sin embargo, los analistas calculan que la oferta del dúo es fuertemente competitiva en términos financieros con respecto a la oferta de GE, que coloca el valor de la empresa en 11.400 millones de euros en lo relativo al negocio de la energía.

Sin embargo, la decisión no solo depende de las valoraciones inmediatas, sino también de las perspectivas posteriores al acuerdo. La solución de Siemens introduciría un accionista minoritario en tres empresas y Mitsubishi seguiría compitiendo con Alstom en varios mercados energéticos. Alstom podría recortar su deuda de 3.300 millones de euros y devolvería algo de efectivo a los accionistas. Pero seguiría siendo un grupo poco convincente, con una división de fabricación de trenes y activos energéticos dispersos.

La oferta de GE es simple. Convertiría a Alstom en una empresa de transporte pura. GE podría ahora mejorar su propuesta para aplacar al gobierno francés. Con el consejo de Alstom y Bouygues todavía de su lado, ese último empujón podría ser decisivo.

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