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Columna
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OpenTable, un aperitivo caro

Priceline definitivamente no eligió la opción más económica en su búsqueda del crecimiento. El grupo de viajes online pagará una prima del 46% –2.600 millones de dólares en efectivo– para hacerse con OpenTable, el portal de reservas de restaurantes. Cada uno ayuda a las pequeñas empresas y a los clientes a encontrarse unos a otros. Pero el preciosolo tendrá sentido si Priceline puede conectar a muchos más a través de OpenTable en todo el mundo.

El éxito de Priceline y su valoración de mercado de 64.000 millones de dólares se basan en la adquisición en 2005 de Booking.com, que ahora tiene casi asegurado el ayudar a los pequeños hoteles de Europa a entrar en la red y hacer sus reservas. La posterior compra de la firma asiática Agoda siguió un patrón similar. Extenderse a nuevos países –ahora está en más de 200– ha significado un crecimiento saludable y un gran beneficio.

En cuanto a OpenTable, una tercera parte de sus ingresos proviene del software que hace entrar a los restaurantes en la red. Dos tercios salen de la unión de restaurantes con clientes. Sin embargo, su combinación de hardware y software parece cada vez más torpe y no hay que olvidar que ha sido lento en su expansión internacional.

Priceline piensa que puede impulsar OpenTable en el extranjero. Los viajeros también necesitan un lugar para comer, así que sugerirles sitios y tramitar sus reservas parece una sinergia natural. También hay espacio para hacer que sea más fácil para los restauradores acceder al producto de OpenTable, colocarlo en la nube y mejorar la experiencia del consumidor.

Pero no va a ser fácil, incluso con el peso de Priceline, dada la creciente competencia, especialmente fuera de Estados Unidos. La adquisición puede en última instancia, convertirse en una buena comida, pero por ahora es un aperitivo costoso.

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