Pagar el máster aprieta (pero no ahoga)
Hacer un máster para acceder mejor y más preparados al mercado laboral es una opción en alza hoy en día. Pero ¿cómo hacer frente al elevado gasto que supone? Además de becas y ayudas, muchos estudiantes encuentran en la financiación tradicional la mejor fórmula para acceder a sus estudios, ya que gozarán de la libertad de no tener requisitos académicos y les resultará más sencillo el trámite.
La primera opción es informarse en el centro elegido de los programas de becas existentes o de las facilidades de pago. La Universidad Nebrija, por ejemplo, cuenta con varias opciones para que casi ningún alumno que desee acceder a un posgrado deje de hacerlo por cuestiones económicas.
Juan Antonio Escarabajal, director de planificación estratégica de la Universidad Nebrija, explica que “dentro de la política económica del centro, está estipulado dedicar el 10% de los ingresos a becar alumnos”. Igualmente, un estudiante sin recursos cuenta con diferentes opciones para pagarse un posgrado: Mediante la adquisición de una beca por buenas calificaciones (por encima de notable) o a través de una beca de colaboración “donde el alumno debe trabajar en algún departamento a cambio de parte del importe del programa”, aclara el director.
Por último, también es posible sufragar los gastos gracias a las becas diferidas existentes en la universidad, por las cuales, es posible devolver, sin abonar intereses, el importe del máster un año después de haberlo terminado, cuando el alumno ya tenga trabajo. “Se trata de un modelo muy extendido en Estados Unidos que poco a poco impulsamos aquí”, apunta el director.
Si de esta forma no tenemos acceso a una ayuda para cursar los estudios deseados, lo mejor es acudir a entidades e instituciones que fomentan la enseñanza de posgrado a través de becas. Sólo habrá que estar atento a la apertura de las convocatorias y cumplir los requisitos.
Pero nuestro banco también puede ayudar y no son pocas las entidades que cuentan con productos específicos para financiar estudios. Bankia, por ejemplo, ofrece el Crédito Joven. Entre los 18 y los 30 años de edad, desde un 9% de intereses y sin comisión de apertura, se puede obtener un préstamo con un plazo de amortización de 60 meses. Además, se puede solicitar un periodo de carencia de pagos hasta los seis primeros meses.