Repsol, ACS, Iberdrola y Ferrovial anulan el efecto negativo del sus dividendos en 'scrip'
Fue en 2009 cuando Santander puso en marcha su primer scrip dividend, que marcó el camino al resto de entidades financieras y empresas cotizadas para blindar sus balances. Con esta fórmula, los accionistas tienen la opción de recibir acciones nuevas, sin coste para ellos ni para el emisor, con una ampliación de capital liberada, o cobrar un dividendo. Eso sí, no es un dividendo clásico, sino un derecho de suscripción que puede venderse a la compañía a un precio prefijado. Así los socios consiguen dinero, pero diluyen su participación, y el beneficio por acción de la firma cae.
Los accionistas también pueden optar por vender los derechos en el mercado –con lo que también se diluyen– o conservarlos, convertirlos en acciones y mantener así su participación. Tras el banco presidido por Emilio Botín le siguieron todos los demás, salvo Bankinter y Sabadell.
Ante la buena aceptación de esta fórmula –en los bancos, los dueños de más del 80% del capital han aceptado las acciones nuevas en cada uno de los scrip–, otras empresas se apuntaron a la fórmula. ACS, Iberdrola, Acerinox, Repsol, Faes, Almirall comenzaron a utilizar el scrip dividend. Ferrovial, además, lo propondrá en la junta que celebrará el 26 de junio.
La liquidez y los fondos propios han sido un bien muy preciado en los peores tiempos de la crisis, pero ahora la coyuntura ha mejorado y las empresas comienzan a replantear la fórmula más adecuada para premiar a sus socios.
Así, Iberdrola, ACS, Repsol y Ferrovial se han propuesto comprar acciones propias por hasta 1.600 millones de euros para contrarrestar los efectos secundarios de la retribución a través del scrip dividend. Es decir, para evitar la dilución del peso de la participación de los grandes accionistas y del consecuente daño del beneficio por acción. Por ejemplo, Santander ha aumentado su número de títulos en circulación en más de un 20%; BBVA, en más de un 10% y CaixaBank, en torno a un 8%. Los bancos de momento no han movido ficha, pero sí lo ha hecho Iberdrola, que el pasado 7 de mayo amortizó 133,5 millones de acciones (valoradas al precio actual en unos 700 millones de euros). También ACS ha comprado 2,56 millones de títulos por unos 84 millones de euros y después los ha amortizado. Mientras, Repsol invertirá un máximo de 500 millones de euros y Ferrovial, hasta 350 millones. Estas cuatro empresas se gastarán en total unos 1.600 millones de euros para comprar las acciones –lo que de paso mejora su liquidez en Bolsa– para después eliminarlas.
La estrategia, sin embargo, puede resultar contradictoria: ¿emitir acciones nuevas para después recomprarlas? Los expertos consultados consideran que tiene lógica desde los puntos de vista de la empresa –que sin llegar a comprometerse a dar el dividendo en efectivo sí recupera la esencia de la remuneración en cash– y también del accionista. “La razón de utilizarlo conjuntamente es que, por un lado, mantienen la opción de cobrar en acciones, que es atractivo para los accionistas particulares desde el punto de vista fiscal”, señala Víctor Peiró, director de análisis de Beka Finance. Tanto si se reciben acciones gratis como si se venden los derechos en el mercado, la tributación se aplaza hasta el momento de venta de los títulos. Eso sí, esto es solo para los grandes inversores, puesto que los primeros 1.500 euros cobrados en dividendos están exentos de tributar. Si se adquirieron las acciones a 10 euros y se venden los derechos a 0,1 euros, en el momento de deshacerse de las acciones las plusvalías se calcularán sobre un precio de compra de 9,9 euros (10-0,1 euros). Si se reciben acciones nuevas y un inversor destinó 1.000 euros a comprar 100 acciones y recibe 10 títulos nuevos, bajará su precio medio de compra desde 10 euros (1.000 euros/100 acciones), hasta 9,09 euros (1.000 euros/110 acciones).
Víctor Peiró resalta que el número de peticiones de acciones en lugar de dinero contante y sonante llega a entre el 60% y el 70% de los accionistas en la mayoría de las empresas. El efecto colateral era “un aumento del número de acciones, y por tanto una dilución, que no gustaba a los accionistas institucionales; ahora esterilizarán ese aumento de acciones, comprando autocartera y amortizándola”, señala el analista.
Iberdrola señala que “se evita la dilución que provoca para los accionistas la emisión de nuevas acciones con carácter reiterado, contribuyendo al mantenimiento del beneficio por acción de la sociedad, lo que redunda en beneficio de los accionistas”. La gran misión de la eléctrica es mantener el número de acciones en circulación en torno a los 6.240 millones. Iberdrola ha podido adoptar esta decisión gracias a la mejora de sus cuentas, de su balance y de su situación de caja. “Si tienes mucha liquidez y no tienes alternativas de comprarte algún competidor o realizar una inversión importante que te ofrezca un buen retorno, a priori deberías devolver el dinero a los accionistas, porque si no estás bajando el ROE (el retorno sobre el capital)”, resume Rafael Romero, director de Inversiones Unicorp Patrimonio.
Aluvión de recompras de autocartera en EE UU
Cuando una compañía recompra acciones propias en el mercado para amortizarlas se produce un automático aumento del beneficio por acción (BPA), al reducirse el número de acciones. Esta práctica es muy habitual en EEUU tanto que durante 2013, las empresas americanas llevaron a cabo recompras de acciones propias por importe de 477.000 millones de dólares.
La petrolera Royal Dutch Shell ha sido una de las últimas compañías en apuntarse a la moda de la recompra de acciones. Este grupo ha hecho coincidir el fin de su programa de retribución al accionista vía scrip dividend con la vuelta al pago del dividendo en efectivo y también va a poner en marcha un plan de recompra de acciones para compensar el efecto dilutivo de anteriores scrip dividend en sus títulos y contentar a los accionistas. Goodyear también ha actualizado su plan de inversiones y busca aumentar el valor de los accionistas. La compañía está aumentando su programa de recompra de acciones por 350 millones de dólares, lo que le permite adquirir hasta 450 millones de sus títulos hasta el 2016. En paralelo, Goodyear va a aumentar su dividendo en efectivo un 20%, lo que supone pasar de los 0,05 dólares a 0,06 dólares, aumentando el pay-out de la compañía.