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Arrendamiento financiero

El leasing y el repartidor de paquetes

El alquiler con opción de compra es la forma más ventajosa de financiar la compra de vehículos comerciales, maquinaria y otros bienes productivos.

Thinkstock

Supongamos que usted quiere dedicarse al reparto de paquetes porque está convencido de que puede ser un buen negocio, sobre todo ahora que cada vez más gente compra por internet. Obviamente va a necesitar una camioneta (se entiende que el carné de conducir ya lo tiene).

Como usted quiere hacer las cosas bien desde el comienzo, seguramente su primer impulso será buscar un modelo cero kilómetros en los concesionarios, donde difícilmente lo encontrará por menos de 15.000 euros, sin incluir el IVA.

Espantado por el precio, se verá tentado a recurrir al mercado de ocasión. Ahí puede encontrar una camioneta con seis años de antigüedad por 4.000 euros. Pero, ya sabe, a menudo lo barato sale caro: se expone a desperfectos, pegas por parte de la aseguradora, la desconfianza de los clientes, mayor consumo de combustible…

Llegado este punto parece que todo está perdido, sin embargo, no desespere, todavía le queda una opción. ¿Y si en lugar de comprarla, la alquila?

No estamos hablando del típico alquiler por horas a cambio de un porcentaje de las ventas del día, sino de un arrendamiento financiero, por el cual, el banco compra el vehículo por usted y se lo alquila a cambio de una cuota mensual.

Al término del contrato, que por supuesto, coincidirá con la amortización total del capital más intereses desembolsado por la entidad, usted tendrá la opción de comprar el vehículo a precio residual o devolvérselo al banco.

Esto es lo que se conoce como leasing y aunque no le suene mucho por ser nuevo en estas lides, es una fórmula muy usada por las pequeñas empresas en España.

De hecho, en estos momentos es la única forma de que disponen para financiar la compra de bienes productivos. Estamos hablando de maquinaria, vehículos, equipos de oficina, naves y locales comerciales que por su elevado coste, requieren financiación a largo plazo, de mínimo dos años para bienes muebles y 10 para inmuebles.

Se trata, además, de cosas que se deprecian o tornan obsoletas con el tiempo, por lo que no vale la pena adquirir de por vida.

El leasing se basa en el concepto de que los beneficios empresariales se generan a través del uso de los activos fijos esenciales para la actividad (en su caso, la camioneta) y no a través de la propiedad de los mismos.

En otras palabras, el banco compra el vehículo por usted y para usted porque confía en que será capaz de devolverle el préstamo con el dinero que ganará repartiendo paquetes.

En ese sentido, permite invertir en activo fijo sin que ello tenga un impacto negativo ni en el activo circulante (todo aquello que, en caso de urgencia, puede convertir en dinero en menos de un año: existencias, cuentas bancarias, las deudas de sus clientes) ni en el fondo de maniobra (el dinero que le queda después de hacer frente a todos sus compromisos a corto plazo), ya que el bien no se adquiere con recursos de la empresa, sino de la entidad financiera.

Según la Asociación Española de Leasing y Renting (AELR), el arrendamiento financiero con opción de compra crecerá este año un 20%, hasta los 4.800 millones de euros, importe que si bien está todavía lejos del pico de 22.000 millones alcanzado en 2007, supone un cambio de tendencia importante después de seis años de caídas.

El leasing tiene varias ventajas. Para empezar, no requiere garantías más allá del bien objeto del contrato, así que no tendrá que preocuparse por buscar un avalista o poner su piso en prenda. Naturalmente, si usted no cumple con pagar las cuotas, el banco le embargará la camioneta y se cobrará con su venta. De ahí que el riesgo de impago para la entidad sea más bajo que el de los préstamos tradicionales.

En segundo lugar, usted podrá financiar el 100% del valor del vehículo y al mismo tiempo, mantener intacta su capacidad de endeudamiento y nivel de solvencia, ya que la camioneta no contabilizará como pasivo en su balance, sino como un activo inmovilizado (recuerde, no es un préstamo, es un alquiler con opción de compra).

Por último, y no por eso menos importante, podrá diferir el pago del IVA en varios ejercicios. Es decir, usted no tendrá que desembolsar el IVA de un solo golpe en el momento de la compra, sino que podrá pagarlo por partes a lo largo de la vida del alquiler.

Si compra con préstamo, debe pagar el IVA y financiarlo. Si contrata un leasing, no tiene que preocuparse por ese desembolso inicial, que actualmente supone el 21% de la inversión.

¿Qué dice? ¿Se anima? Esos paquetes están deseando llegar a sus dueños.

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