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El resultado complica la renovación de la Comisión Europea

¿Juncker, Schulz o una prórroga de Barroso?

Populares y socialistas reclaman el derecho a presidir la próxima Comisión Londres y otras capitales rechazan tanto a Juncker como a Schulz

BRU02 BRUSELAS (BÉLGICA), 26/05/2014.- El candidato del Partido Popular Europeo para la presidencia de la Comisión Europea, y ganador de las elecciones europeas, Jean-Claude Juncker, durante una rueda de prensa celebrada en la sede del partido en Bruselas, Bélgica, el 26 de mayo de 2014. Juncker se mostró dispuesto a pactar con los socialistas y con otras fuerzas políticas de la Eurocámara para conseguir su respaldo y lograr la presidencia de la Comisión. EFE/OLIVIER HOSLET
BRU02 BRUSELAS (BÉLGICA), 26/05/2014.- El candidato del Partido Popular Europeo para la presidencia de la Comisión Europea, y ganador de las elecciones europeas, Jean-Claude Juncker, durante una rueda de prensa celebrada en la sede del partido en Bruselas, Bélgica, el 26 de mayo de 2014. Juncker se mostró dispuesto a pactar con los socialistas y con otras fuerzas políticas de la Eurocámara para conseguir su respaldo y lograr la presidencia de la Comisión. EFE/OLIVIER HOSLETOLIVIER HOSLET (EFE)

La Unión Europea pondrá en marcha hoy mismo la maquinaria para nombrar una nueva Comisión Europea, solo 48 horas después de unas elecciones al Parlamento Europeo que han conmocionado a Bruselas y a buena parte de las capitales del continente. Como primer paso, los jefes de los grupos parlamentarios de la pasada legislatura se reunirán para analizar los resultados y ver las posibles coaliciones. Pero la cita más candente llegará por la noche, con una cena informal de los presidentes de Gobierno en la que se espera pactar el perfil del futuro presidente de la Comisión.

En principio, el primer aspirante a alzarse con el cargo sería Jean-Claude Juncker, candidato del Partido Popular Europeo, que ha vencido por cuarta vez en los comicios, aunque ha perdido casi el 22% de los escaños (213, según los resultados provisionales, frente a 274 en la pasada legislatura).

Juncker insistió ayer en su intención de conformar una mayoría en el Parlamento (necesita 376 votos de 751 posibles), con ayuda de socialistas (190 escaños) y liberales (64). Pero los socialistas advirtieron que también intentarán formar su propia mayoría en torno a su candidato, Martin Schulz.

En todo caso, ninguno de los dos parecen contar con el respaldo necesario en el Consejo, donde se requiere el voto favorable de 260 votos sobre 352. Basta con que se abstenga un puñado de países que sumen 93 votos para que el nombramiento no prospere. Y, de momento, tanto Juncker como Schulz provocan bastante rechazo abierto en países como Reino Unido, Holanda o Hungría, que ya suman 54 votos.

Juncker aseguró ayer que cuenta con el decisivo apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, con la que habría hablado tras las elecciones del domingo. “La posición de la señora Merkel está muy clara. Ustedes no se lo creen, pero es así”, aseguró Juncker en rueda de prensa ante las dudas sobre la posición de Berlín.

Las declaraciones de Merkel, sin embargo, fueron menos tajantes. La canciller se limitó a señalar que en la reunión de hoy “se debatirá no solo sobre nombres, sino también sobre contenidos”.

Fuentes diplomáticas en Bruselas explicaron que el objetivo de la reunión de primeros ministros será diseñar un programa con las grandes líneas de trabajo para la próxima Comisión, sea quien sea su presidente. Las capitales se garantizarían así el control sobre la futura Comisión, con independencia de la coalición parlamentaria que respalde al organismo. Con ese programa en la mano, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, se encargaría de negociar con los grupos parlamentarios (cuya constitución se espera que esté concluida el 15 de junio) el nombre de un presidente que pueda obtener la mayoría suficiente en el Parlamento y en el Consejo.

Si el proceso avanza al ritmo previsto, la primera votación (en el Consejo de la UE) tendría lugar en la cumbre del 27 de junio. Y la segunda, en el Parlamento Europeo, a mediados de julio.

Pero la división en el seno de ambas instituciones, acentuada tras las elecciones del domingo, amenaza con prolongar el proceso y retrasar el nombramiento del sucesor de José Manuel Durao Barroso al frente de la Comisión, cuyo mandato expira el 31 de octubre. Si para entonces no hay nuevo presidente, Barroso tendrá que proseguir, una prórroga que ya tuvo lugar en 2004 y 2009 cuando el procedimiento era más sencillo y el Parlamento estaba menos dividido que tras este 25-M.

105 eurodiputados en busca de grupo

El reparto provisional de escaños tras las elecciones del 25 de mayo deja casi a una sexta parte de los eurodiputados elegidos sin un grupo político concreto. En total, 105 miembros del Parlamento Europeo que las formaciones tradicionales (populares, socialistas, liberales, verdes, izquierda unitaria) intentarán atraer en la medida de lo posible para mejorar su fuerza parlamentaria.

El único tabú en esa campaña de captación parecen ser los eurodiputados de extrema derecha o euroescépticos, que han logrado un excelente resultado en Francia, Reino Unido, Dinamarca, Austria o Finlandia. Incluso en Alemania, donde por primera vez una formación abiertamente antieuropea logra sentarse en el Parlamento Europeo con siete escaños. Podría tratarse, sin embargo, de una victoria pírrica si todos o algunos de esos partidos no logran formar grupo parlamentario, para lo cual se requieren 25 eurodiputados, pero procedentes al menos siete países. Las negociaciones para lograr ese objetivo se prevén complicadas dado el diferente pedigrí de cada uno.

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