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Entrevista Michiel Kool, vicepresidente de seguridad y medio ambiente de Shell

“Queremos el mismo apoyo a la captura de CO2 de las renovables”

La petrolera vira del petróleo al gas, que ya supone el 55% de sus inversiones

Este ingeniero de minas (Ámsterdam, 1960) entró en Shell en 1984 y ha desarrollado toda su carrera en el gigante petrolero, donde ha ocupado diferentes cargos en Nueva Zelanda, Omán, Holanda, Reino Unido, Brasil y Gabón. Es vicepresidente de seguridad y medio ambiente desde enero de 2013. Recaló en Rotterdam la semana pasada con motivo de la conferencia anual de su compañía.

Pregunta. El presidente de su compañía dice que sin la tecnología de captura y almacenamiento de CO2 no se podrá mitigar el cambio climático. Pero en Europa se ha ralentizado. ¿Shell apuesta por ello?

Respuesta. Lo primero que estamos haciendo respecto al cambio climático es pasar del petróleo al gas. El 55% de nuestra producción es gas, ahora somos el mayor productor mundial. Su ventaja es que emite la mitad de CO2 que el petróleo. Lo segundo que estamos haciendo es promover e invertir en el almacenamiento y captura de CO2.

P. ¿Cuánto han invertido?

R. Se ha dado mucho apoyo social y político a las renovables, y está bien, pero el hecho es que después de repaldarlas durante 25 años, el mundo aún depende en un 80% de los combustibles fósiles. Guste o no guste, es un hecho. Si queremos tener una oportunidad de alcanzar el objetivo de dos grados de temperatura del planeta [límite del impacto del cambio climático que se quiere alcanzar en la Cumbre del Clima de París en 2015], no solo necesitaremos invertir en renovables, sino también debemos dar una solución a los combustibles fósiles.

En este sentido, las dos cosas más importantes son pasar del carbón al gas e introducir la tecnología de captura de CO2, en concreto en la producción de electricidad. Un tercio de los combustibles fósiles se destina a la generación de electricidad.

P. ¿En qué fase están sus proyectos?

R. Tenemos plantas en todo el mundo en fase precomercial, pero aún necesitamos concretar el apoyo de los Gobiernos, que no sería diferente del que han recibido las renovables. Lo que decimos es que desde un punto de vista social, es bueno que todas las tecnologías bajas en carbono obtengan el mismo apoyo y dispongan de la misma oportunidad de madurar. Las renovables han sido capaces de reducir sus costes, no tengo dudas, y de mantenerse por sí mismas. El almacenamiento y captura de CO2 es importante para la sociedad, merece el mismo nivel de ayuda inicial; podemos demostrar que los costes pueden reducirse.

P. ¿Piden subvenciones?

r. Se trata de invertir juntos. En Reino Unido, por ejemplo, donde estamos desarrollando un proyecto, el Gobierno garantiza un precio de electricidad de igual modo que con las energías renovables.

P. ¿Cuántas plantas de almacenamiento tienen?

R. Estamos en Reino Unido, Canadá, Australia y Noruega. Esperamos demostrar que la tecnología ya está lista.

P. ¿Cuándo entrarán en funcionamiento?

R. Nuestro objetivo es que el almacenamiento y captura de CO2 funcione en el sector eléctrico a gran escala en 2030. Para entonces habrá un precio para el CO2, lo cual hará que esta tecnología sea eficiente.

P. Su precio sigue muy bajo.

R. Sí, estamos muy preocupados por ello, el coste no es transparente. Si se quiere arreglar el problema del cambio climático, se debe poner un precio al CO2, así estaremos en el buen camino para reducir las emisiones.

P. ¿Qué precio necesitan para que sea rentable?

R. Ahora está en unos 5 euros, que claramente no es suficiente. En Shell, la decisión de invertir en CO2 se tomaría a partir de 14 dólares por tonelada (10,2 euros). A partir de ahí empezaría a tener sentido.

P. ¿Y si no se alcanza ese precio? Lleva estancado mucho tiempo.

R. Tenemos que estar seguros de que las inversiones tienen sentido. Si no hay apoyo político sería irresponsable para una compañía invertir en algo que no tiene sentido.

P. ¿Piden que se fije un precio?

R. El mercado funciona, pero el precio es demasiado bajo, en parte porque se han concedido demasiados certificados, y así lógicamente el precio se reduce. No pedimos un precio en particular, sino que se refuerce el mercado de emisiones para que el precio sea interesante.

P. ¿Se van a retirar de Alaska?

R. Allí aún hay actividad, pero noes un proyecto de actualidad. Noiríamos a una aventura así si noestuviéramos completamente convencidos de que es seguro, no correríamos ningún riesgo, nuestra reputación es demasiado preciada. Lo que no podemos decir es cuál será nuestro futuro en Alaska, porque aún no lo hemos decidido.

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