¿Cómo compraremos mañana?
El debate sobre qué tendencias tecnológicas cambiarán radicalmente la forma en que comercios y consumidores nos enfrentamos a la experiencia de compra no cesa. En mi opinión, hay tres que merecen especial atención.
La primera es bluetooth low energy (BLE), que permitirá a la industria crear experiencias de pago y de compra muy precisas, rápidas y seguras, en las que la geolocalización y el contexto ganarán relevancia. Hablamos de, por ejemplo, pagar sin ni siquiera sacar el móvil del bolsillo, incluso cuando no haya cobertura.
En realidad, cada vez tiene menos sentido que en los comercios tengamos que ir a una línea de caja para pagar un producto o servicio. Deberíamos poder coger lo que necesitamos e irnos del establecimiento con toda tranquilidad, sin más pasos intermedios, sin esperas en cola, sin contraseñas. La proliferación de procesadores BLE en dispositivos de toda índole abrirá la vía hacia esa realidad.
En segundo lugar, destacaría la tecnología NFC (near field communication) HCE. Durante años hemos defendido en PayPal que NFC es una tecnología problemática, diseñada e implementada por determinadas compañías pensando más en sus propios intereses que en resolver realmente los problemas del usuario. Hasta ahora, hemos estado en lo cierto. De hecho, aún no hemos visto un consorcio de adopción de NFC que agrupe a operadores de telefonía móvil, bancos, fabricantes de equipos originales y asociaciones.
El talón de Aquiles de la aproximación original a NFC era el secure element, íntimamente relacionado con la salvaguarda de la información financiera. ¿El problema? Todos quieren tomar el control sobre él, porque aquél que lo logre se convertirá en el dueño del puesto de peaje de cada transacción que se realice. Esto ha generado enconadas batallas entre entidades financieras, fabricantes de equipos y distribuidores, y es la principal razón por la que Google Wallet sobre NFC sólo fue lanzado en la red de Sprint. El resto de distribuidores querían que su propia solución, ISIS, fuera la única disponible para sus suscriptores.
Pero algo ha cambiado en el último año. El equipo de Android en Google comenzó a dar soporte y a impulsar otro estándar –no sólo aplicable a pagos– denominado NFC HCE (host card emulation). Su fuerza: no requiere que toda la industria luche por controlar el secure element. Esto abre un rayo de esperanza sobre el futuro de la tecnología NFC para algunos tipos de compra, en concreto aquellos en los que has de estar en un lugar físico determinado de una tienda para pagar, como una línea de caja.
Se han dado, además, dos hechos importantes para avalar el futuro de NFC HCE. El primero es la aceleración del movimiento hacia la tecnología EMV, basada en microprocesador y PIN frente a la banda magnética, abrazada tanto por la mayor parte de tarjetas de crédito como de comercios. Un contexto que permitirá la llegada de un mayor número de terminales compatibles con NFC hacia 2016. El segundo hecho determinante es que Visa ha apostado por la aproximación HCE.
Nuestro total escepticismo sobre NFC se ha convertido, pues, en un cauteloso optimismo ante NFC HCE para algunos tipos de compra muy específicos. Finalmente, no podemos obviar como tendencia clara el advenimiento de los dispositivos ponibles. Relojes inteligentes, pulseras, gafas y todo tipo de complementos estarán, cada vez más, capacitados para gestionar y responder mensajes y notificaciones. En los próximos dos años, quizá menos, estos dispositivos serán un auténtico tsunami para muchas industrias si no son capaces de adaptarse. Todos llevarán, además, incorporada tecnología BLE y algunos incorporarán NFC HCE que, combinadas, podrían hacer de estos dispositivos un elemento de pago en tienda realmente disruptivo.
¿Habrá alguna tecnología ganadora? No. Porque el debate, en realidad, no es sólo sobre tecnología. Es sobre experiencias de compra, nuevas y sorprendentes, capaces de satisfacer y fidelizar al cliente. Estamos inmersos en la era de la economía basada en las personas, un nuevo contexto en el que los individuos tienen el poder para crear nuevas maneras de realizar transacciones. En definitiva, el poder para establecer las reglas del juego. En este marco sólo triunfarán aquellas tecnologías que garanticen comodidad, rapidez y seguridad al consumidor.
Estanis Martín de Nicolás es director general de PayPal España y Portugal.