_
_
_
_
_

Luis estaba enfadado.Historias para despertar. (I)

(Ciclo en homenaje a Narciso Ibáñez Serrador)

La mayoría de las veces es más fácil argumentar la necesidad de algo que hacer que ese “algo” resuelva esa “necesidad”.

Luis estaba enfadado, pero se lo habían explicado de manera tan convincente que no tenía razón en su reclamación, que el sentimiento que la quedaba tras la conversación con la azafata se asemejaba más al del orgullo herido que al de sentirse objeto de una injustica. Según las reglas de la compañía, los pasajeros que pesen más de 127 kilos deben comprar un asiento adicional.

Luis tiene 43 años, pesa 234 kilos y consideraba una injusticia que la compañía aérea le hiciera pagar dos billetes en lugar de uno, para hacer el mismo trayecto que venía haciendo de manera regular los últimos años.

- Compréndalo señor, ocupa usted realmente dos asientos. Le dijo la azafata intentando, sin éxito, no herirle.

- Hemos tenido quejas de personas que se ven incomodadas al verse obligadas a tener como compañero de viaje a alguien que realmente debería ocupar dos asientos. Añadió.

Solo le quedaba decir que su sobrepeso haría que el avión volara más despacio y aumentase el coste de combustible.

Por ser gordo, su nivel de visibilidad para los demás era inversamente proporcional a sus intereses. Era cada vez más invisible para las mujeres que le atraían, pero no pasaba desapercibido cuando los demás querían divertirse a su costa.

Ya tenía suficientes problemas que le impedían disfrutar de las cosas cotidianas de la vida como para añadir ahora el trabajo de una reclamación inútil.

Lo admitió todo. Más por cansancio que por convicción. Se centró en lo positivo. Disfrutaría de más espacio. En realidad él también debía sentirse incómodo viajando en un solo asiento.

Recogió sus 2 billetes en facturación.

Al irse a sentar vio con estupor como los asientos que le había asignado estaban uno en el pasillo y el otro en la ventana. La vuelta fue peor, un asiento se encontraba en fila 17 y el otro en la 19. Al menos el error de la ida no se había cometido, pero ambos eran de pasillo.

Es una historia real, con la que he “jugado” marginalmente (y no precisamente en lo más esperpéntico).

http://www.telegraph.co.uk/news/newstopics/howaboutthat/10376714/37st-man-forced-to-pay-for-two-seats-on-jet-finds-they-are-rows-apart.html

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_