Un supervisor con mayor transparencia
Ea Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) celebraba ayer de forma oficial su 25 aniversario con un horizonte de futuro que ofrece cambios normativos profundos –y largamente reclamados por el organismo– en materia de autonomía y capacidad regulatoria, inspectora y sancionadora. El mandato de Elvira Rodríguez, que ayer presidió un acto de aniversario que contó con la presencia de varios de expresidentes de la entidad, será recordado como el de esa ampliación de poderes que el Gobierno finalmente ha decidido aprobar. Uno de los cambios concretos que se abordarán –a través de la reforma en la Ley del Mercado de Valores– supone que el organismo hará pública la incoación de los expedientes sancionadores, una vez comunicados a los afectados y analizados los aspectos confidenciales que incluyan. Este nuevo modus operandi alinea al supervisor con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV), que funciona de forma similar.
Este es precisamente el mecanismo que Elvira Rodríguez ensayó el año pasado en el caso Pescanova, al comunicar “la apertura de una investigación” a la compañía. O el que utilizó con Bankia, cuando advirtió en una nota que se investigaría lo sucedido en los días anteriores al comienzo de la cotización de las acciones procedentes de la macroampliación a finales de mayo.
Esta nueva etapa de mayor transparencia e información, que acerca el perfil de la CNMV al de su homóloga estadounidense, la SEC, constituye el final de un modelo de supervisión que ha permitido mantener investigaciones en secreto por períodos de tiempo que han llegado a prolongarse hasta seis o siete años. Una fórmula de control que tras la tormenta que ha vivido el sector financiero en España y Europa y crisis como las de las participaciones preferentes resulta acertado modificar. La implantación de los mecanismos de transparencia ha ido ganando terreno en todos los órdenes, público y privado, a lo largo de los últimos años. Se trata de una política que se ha desarrollado en paralelo al aumento de la protección legislativa otorgada a los consumidores.
Ello constituye, bien entendido, un factor de garantía no sólo para los ciudadanos, sino también para las entidades supervisadas y para el propio organismo de control. No en vano el prestigio de las entidades públicas de supervisión constituye un capital extremadamente valioso e igualmente frágil. Los primeros 25 años de existencia de la CNMV han incluído, como es lógico, aciertos y errores. Aumentar la autonomía y la transparencia constituye una apuesta decidida por mejorar la gestión en el futuro.