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Columna
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Unas inversiones inesperadas

Se suponía que el renacer de la inversión de las empresas debía levantar los mercados de valores este año. Pero las cosas no están saliendo como se esperaba. Los mayores beneficiarios del derroche de los consejeros delegados parecen ser aquellos que son objeto de adquisición. Eso exige una estrategia de inversión diferente.

El telón de fondo ciertamente parece propicio para la inversión empresarial, pero el gasto de capital aún tiene que despegar. En cambio, las mismas condiciones han resultado ideales para las fusiones y adquisiciones. El valor de las operaciones anunciadas este año ya ha superado el billón de dólares, según datos de Thomson Reuters. Eso supone un 35% más que en el mismo periodo de 2013 y la tercera vez desde 1980 que se supera la marca del billón de dólares a unas alturas tan tempranas del año. Un puñado de mega fusiones favorecen las cifras, pero se trata de una prueba contundente de que las condiciones del mercado son propicias para las fusiones y adquisiciones.

La recuperación ha impulsado la confianza, pero no es bastante fuerte como para impulsar las ventas

La recuperación económica ha impulsado la confianza de las compañías, pero no es lo suficientemente fuerte para impulsar las ventas. Es mucho más tentador para las empresas utilizar las fusiones y adquisiciones para reforzar su posición competitiva en lugar esperar durante años para obtener recompensas de los gastos de capital.

La fiebre de este tipo de operaciones favorece a las empresas que tienen actividades difíciles de replicar o un alcance geográfico único y que se unen a compañeros delmismo sector con mucho efectivo. Los beneficiarios de una mayor inversión de las empresas tienden a ser compañías que generan un alto porcentaje de sus ingresos vendiendo a otras empresas más que directamente a los consumidores. Los universos no siempre se superponen. Para quienes invierten en renta variable, en general, una ola de fusiones que crean valor debería sacar a flote a los mercados. Pero para los seleccionadores de acciones que buscan rentabilidad, hacen falta unos pies ágiles.

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