Corregir el crecimiento asimétrico
Las crisis empiezan y acaban por Canarias. Curioso fenómeno este que se ha reproducido sistemáticamente en todos los ciclos depresivos y en las recuperaciones de la actividad, especialmente cuando los vaivenes tienen naturaleza global. El alto grado de sensibilidad que la economñía del archipiélago tiene a la demanda turistica internacional la convierte en el mejor termómetro adelantado de la economía española. Y en esta crisis ha respondido al patrón de manera explícita, aunque especialmente en la recuperación Balaeares ha caminado delante y acumula ya casi dos años de crecimiento, sostentado de forma casi monográfica por el turismo.
El comportamiento asimétrico del crecimiento de la economía en estos primeros trimestres de recuperación de la actividad está teniendo un perfil muy similar a la intensidad de la crisis: las comunidades costeras, con más pujanza inmobiliaria, registraron mayor descenso de PIB y empleo, y ahora están entrando antes en la recuperación de ambas variables, mientras que las regiones más industriales y de interior, suavizaron la caída antes y retardan la remontada ahora. Y dado que el propio empleo, como primer activador de la renta disponible, se convertirá en un motor activo del crecimiento, seguramente el desequilibrio en el ritmo de avance en el primer año del ciclo alcista mantendrá o intensificará las diferencias.
En el retraso de la recuperación de algunas regiones ha podido tener un papel, aunque sea secundario, la intensidad de los ajustes de gasto público. Pero en absoluto ha sido determinante, puesto que los ahorros se han concentrado en servicios no de mercado (sanidad, educación y servicios sociales), aunque la indisponibilidad de ingresos ha podido alcanzar a otro tipo de actividades de mercado. En todo caso, la renuncia a los recursos públicos ha tenido una relación directa tambien con los excesos del gasto antes de la crisis, o con la intensidad de la recesión por la presencia masiva de negocios muy sensibles, tanto en financiación como en empleo.
Llegada la recuperación, más allá de las reformas que ha aplicado el Gobierno y que debe intensificar, las comunidades tienen en su mano instrumentos más que suficientes para movilizar la economía, muchos de los cuales no dependen de la disponibilidad financiera. Además de poder disponer de recursos para inversión pública, o reducir impuestos para liberar renta de sus contribuyentes, tienen capacidad normativa en un buen número de actividades como para liberalizarlas y ensanchar el crecimiento potencial. Hay buenos ejemplos en varias regiones, con consecuencias bien diferentes en función del sentido de las decisiones: estímulo a la localización empresarial, alivio fiscal sobre rentas personales y empresariales, liberalización comercial, etc. Hay margen: hay que utilizarlo.