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Columna
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Credit Suisse, aún a medio gas

Credit Suisse funciona a medias. La reformada división de banca privada de la entidad suiza se lleva más dinero, pero una caída del 11% interanual en los ingresos trimestrales de su banca de inversión demuestran que su otra gran unidad todavía no despega.

El problema del banco suizo –las operaciones de renta fija– es familiar para los bancos de inversión. Citigroup y JPMorgan ya han informado de importantes caídas en sus ingresos por las transacciones de bonos. Sin embargo, la entidad con sede en Zúrich debería estar más decepcionada.

Las fortalezas históricas del banco en la negociación de bonos basura en Estados Unidos deberían haberse traducido en unas cifras relativamente mejores en este momento, dado que los bajísimos tipos de interés siguen avivando la demanda de activos de mayor rentabilidad. De cara al futuro, la concentración de Credit Suisse en créditos de más riesgo, mercados emergentes y titulización podrían hacerle sufrir más a medida que la Reserva Federal reduzca su compra de bonos. El banco se sitúa fuera de las seis principales entidades que operan con productos de renta fija que prosperarían a partir de un cambio en el ciclo de los tipos de interés.

El problema de la entidad con sede en Zúrich –las operaciones de renta fija– es familiar para los bancos de inversión

Por ahora, parece que el consejero delegado Brady Dougan se limita a asumir más riesgo. Los activos ponderados por riesgo aumentaron un 4%, hasta los 235.000 millones de euros a finales de marzo. Sin embargo, el rendimiento sobre capital del grupo en conjunto sigue en el 8%.

La buena noticia para Dougan es que la gestión de patrimonios de Credit Suisse y la banca privada pueden proporcionar un contrapeso al aumento de tipos. Su rendimiento ya está mejorando. La mala noticia es que puede ser necesario adoptar medidas adicionales en renta fija.

Credit Suisse aún tiene que lidiar con su supuesta colaboración en la evasión de impuestos de clientes estadounidenses. Si eso conlleva un golpe a la reputación mayor de lo esperado, la timidez del consejero delegado con la renta fija podría terminar costándole su puesto.

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