Cinco bancos presentan a Deloitte un plan de rescate de Pescanova
Cinco de las principales entidades acreedoras de Pescanova han cumplido sus amenazas y han decidido presentar un plan para hacerse con la multinacional gallega en la subasta que, tras su liquidación, tendrá lugar si la oferta de convenio de acreedores del consorcio liderado por Damm no consigue el respaldo del 51% de la deuda.
Según fuentes financieras, Sabadell, Popular, CaixaBank, Novagalicia Banco (NCG) y BBVA presentaron ayer al administrador concursal, la consultora Deloitte, una propuesta por escrito en la que se comprometen a inyectar 115 millones de euros de capital en el grupo pesquero, avalar 1.000 millones de euros de deuda y a estabilizar la empresa en todas sus unidades productivas.
De este grupo, conocido como G7, se ha caído Bankia, entidad que ha recibido millonarias ayudas públicas y propiedad del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que se habría opuesto, según estas mismas fuentes, a que la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri desembolsara más dinero en Pescanova.
UBI Banca, también integrante del G7, no ha tomado una decisión de momento, aunque podría sumarse más adelante, al igual que otras entidades acreedoras extranjeras.
La banca, además, no descarta que, a lo largo del proceso, se dé entrada a un socio industrial, para lo que lleva manteniendo negociaciones desde hace semanas, tanto dentro como fuera de España.
A mediados de marzo, el juzgado de lo Mercantil número uno de Pontevedra admitió a trámite la propuesta de convenio y el plan de viabilidad de Pescanova, después de que el consorcio liderado por Damm, propiedad de la familia Carceller, presentara algunas modificaciones en el texto inicial.
Plazo máximo
El plazo máximo para las adhesiones a dicha propuesta quedó fijado para el próximo 14 de abril, pudiendo verificarse las mismas hasta las 15.00 horas del día siguiente. Damm, no obstante, tendría que reunir el 51% del apoyo de la deuda. Fuentes de mercado apuntan que la cervecera catalana podría contar en estos momentos con el apoyo de algunos fondos extranjeros que han adquirido deuda de Pescanova. Santander, por ejemplo, se desprendió de su cartera de 70 millones de créditos en la compañía gallega hace unas semanas.
El total de la deuda de Pescanova superaba los 4.000 millones de euros, según los últimos datos presentados por la empresa, con un patrimonio neto negativo de 1.500 millones de euros.
Nada más conocerse, la banca española rechazó la oferta de Damm, que incluía quitas de entre el 60% y el 90%, la solicitud de concursos exprés para sus filiales españolas o el derecho de veto en la nueva sociedad resultante (Nueva Pescanova).
Las entidades financieras manifestaron sentirse engañadas por la cervecera catalana, al haber presentado una oferta de convenio que no tenía nada que ver con los términos que se habían consensuado previamente con los bancos.
Oferta de Damm
La oferta de Damm, elegida por unanimidad por el consejo de administración de la pesquera –este órgano de gobierno fue designado el pasado mes de septiembre por la propia Damm–, contempla la aportación de hasta 150 millones de euros.
Del total de fondos inyectados, 37,5 millones de euros serían nuevo capital y 112,5 millones de euros serán deuda a siete años con un tipo de interés del 15% anual. El plan de viabilidad elaborado por la cervecera catalana contempla pérdidas hasta 2017 (de 13 millones de euros en 2015 y de un millón de euros en 2016).
Los fondos de inversión Blue Crest y Knight Head, junto al exministro de Defensa, Eduardo Serra, también barajaron presentar una oferta por Pescanova, si bien en el último momento decidieron retirarse de la puja.
Seis millones en comisiones por el salvamento
A perro flaco todo son pulgas. La propuesta de financiación, definitivamente ya en vía muerta, tras el profundo desencuentro entre los acreedores bancarios y la corporación Damm, escondía una hiriente paradoja en forma de comisiones por salvar la empresa. Según los documentos remitidos por Deloitte a la CNMV –dando cuenta de la oferta de convenio de acreedores propuesto por los que iban a ser los nuevos propietarios de la compañía– solo por estructurar y asegurar las necesidades financieras a futuro del grupo pesquero, se le obligaba a pagar a los que iban a ser sus futuros dueños (Damm y Luxempart) nada menos que 6,2 millones de euros en concepto de “comisiones”. Según el documento, esa brutalidad de dinero, en palabras de fuentes cercanas a la compañía, se iba a abonar en el momento en el que se formalizase la entrega de los 150 millones de euros comprometidos. Esta deuda tenía carácter subordinado a la deuda concursal y podría capitalizarse “a opción de los firmantes”.
Medios consultados familiarizados con las negociaciones aseguraron que se trata de una comisión habitual en este tipo de recapitalizaciones, aunque sí reconocieron lo atípico de una situación en la que los propios futuros dueños de la compañía entrasen en Pescanova no ya entregando dinero a cambio de acciones y de un tipo de interés del 15%, sino cobrando directamente de la empresa a la que previsiblemente querían salvar.