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Columna
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Otra llamada a la puerta de SFR

El grupo de construcción, televisión y telecomunicaciones francés Bouygues ha hecho una nueva oferta por la unidad móvil de Vivendi, con 1.850 millones más de efectivo y patrocinadores de mucho peso. Eso añade más presión al otro interesado, Patrick Drahi, Pero Bouygues aún plantea mayores riesgos antimonopolio.

Bouygues propone ahora 13.150 millones en efectivo –1.400 millones más de lo que Drahi ofrece a través de sus vehículos Numericable y Altice–. El intruso cree que el dinero es la prioridad de Vivendi. Ha contado con la ayuda del banco estatal CDC y un par de millonarios franceses. Parece una forma de aumentar la presión política sobre el vendedor. El ministro de Industria de Francia ha criticado en repetidas ocasiones lo que es ostensiblemente un acuerdo del sector privado.

Sin embargo, curiosamente, la última propuesta de Bouygues ofrece menos valor total para el vendedor. Incluyendo las sinergias, promete a Vivendi 17.400 millones, con un 21% en la empresa fusionada. Hace dos semanas ofreció un total de 19.000 millones, con una participación del 46%.

El dinero supera inciertas sinergias futuras, pero ofrecer un 8% menos en conjunto mientras se crea un 27% más de valor para uno mismo –según estima de Jefferies– es una extraña forma de hacerse con un vendedor reacio.

En cualquier caso, el gran obstáculo sigue siendo que un acuerdo con Bouygues reduciría el mercado móvil de Francia de cuatro a tres jugadores, a diferencia de la fusión quad-play de Drahi. La venta de activos a Ilíada, como promete Bouygues, podría preservar la competencia. Pero no será fácil convencer a los reguladores, lo que explica las reservas de Vivendi. .

La compañía es la clara ganadora. Otras opciones para el grupo francés, como el fabricante de videojuegos Activision, han sido decepcionantes. Pero tiene dos pretendientes deseosos –y ahora algo de energía extra para exigir un poco más a Drahi–.

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