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La obra social se integrará en la futura fundación bancaria

La Caixa inicia la disolución de su fundación para cumplir con la Ley de Cajas

El presidente del grupo La Caixa, Isidro Fainé.
El presidente del grupo La Caixa, Isidro Fainé.
Juande Portillo

El grupo La Caixa dio ayer el primer paso destinado a dar cumplimiento a la nueva Ley de Cajas que obliga a estas entidades a segregar el negocio bancario que realizan por un lado, y que en este caso ha sido ya diferenciado en CaixaBank, y a convertir en una fundación bancaria a la matriz, que quedará al cargo de la obra social.

De esta forma, el patronato de la Fundación Caixa d´Estalvis i Pensions de Barcelona aprobó este jueves en una sesión extraordinaria comenzar su proceso de disolución para su posterior integración en la fundación bancaria en la que se convertirá La Caixa.

La explicación, ilustran desde el propio grupo, es que no tendría sentido societariamente contar con una fundación dentro de otra. La razón de iniciar ahora la disolución, que no culminará hasta la transformación de La Caixa en fundación bancaria, es que el conjunto del proceso requiere tiempo y las entidades afectadas solo tienen un año para dar cumplimiento a la nueva normativa. Un plazo que culminará el próximo otoño.

El grupo, sin embargo, tendrá un plazo mayor para adaptarse a otro de los aspectos clave de la normativa: la incompatibilidad que impone para que la misma persona sea a la vez presidente de la entidad financiera y patrono de la fundación. Cargos que sí podrá seguir simultaneando Isidro Fainé hasta junio de 2016.

Desde la fundación aseveran que la modificación organizativa permitirá dar un nuevo impulso a la obra social de La Caixa y reforzar su operativa, dado que estas actividades pasarán a encabezar la lista de funciones de la nueva fundación. En 2013, el compromiso social de La Caixa se tradujo en el apoyo a 42.546 iniciativas de las que se beneficiaron 8,7 millones de personas, según los datos ofrecidos por la propia entidad.

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