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El trabajador deberá estar contratado fijo tres años como mínimo

Los empresarios solo pagarán 100 euros de cuotas al mes por los nuevos fijos

En un sueldo de 20.000 euros brutos anuales la empresa se ahorrará 9.000 euros durante los dos años de rebaja Rajoy confirma que ya hay más afiliados a la Seguridad Social que hace un año

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.Pablo Monge

No se esperaban novedades en el terreno laboral entre los anuncios previstos para el debate sobre el estado de la nación, pero saltó la sorpresa. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció una importante rebaja de cotizaciones para las nuevas contrataciones indefinidas.

En concreto, con efectos a fecha de hoy mismo, se aplicará una tarifa plana de 100 euros mensuales en las cotizaciones por contingencias comunes que los empresarios pagan a la Seguridad Social cuando contraten a cualquier nuevo trabajador de forma indefinida, independientemente de su edad.

Solo habrá dos condiciones para disfrutar de esta rebaja: la primera es que dichas contrataciones supongan aumentar la plantilla en términos netos. Esto evitará que el empresario pueda despedir a unos para contratar más barato a otros. Y la segunda, que estén contratados al menos tres años.

Así, la tarifa plana se aplicará durante 24 meses, pero si a lo largo de estos dos primeros años o en el tercer año de contratación se produjera el despido del trabajador bonificado, el empresario debería devolver la parte de las cotizacioes que no ha pagado por acogerse a la medida.

La norma que aprobará el próximo viernes el Consejo de Ministros precisará que esos 100 euros se aplicarán a todas las empresas, independientemente de su tamaño. Asimismo, previsiblemente la ley exigirá –como lo hace habitualmente en este tipo de ayudas– que la compañía esté al corriente de pago en sus cotizaciones a la Seguridad Social; y no habrá podido realizar despidos colectivos ni despidos individuales que sean declarados improcedentes en los seis meses anteriores a la celebración de los nuevos contratos

A efectos prácticos, el ejemplo que puso Rajoy durante su discurso es que en un sueldo bruto de 20.000 euros al año, el empresario debería abonar por la cotización por contingencias comunes 5.700 euros anuales y con la tarifa plana solo tendrá que pagar 1.700 euros al año durante dos ejercicios, con lo que se ahorrará 4.500 euros anuales o 9.000 euros en los dos años que dure la ayuda. De esta forma, la medida anunciada supondrá una rebaja del 75% de las cotizaciones que paga el empresario.

La regulación no afecta a la aportación del trabajador ni a la aportación empresarial por el resto de contingencias (desempleo, FOGASA y Formación Profesional), respecto a las que se aplicarán las reglas ya vigentes de cotización. Tampoco tendrá impacto en la cuantía de las prestaciones económicas a las que puedan tener derecho los nuevos trabajadores, que se calcularán aplicando el importe íntegro de la base de cotización, según aclaró después el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Esta iniciativa se suma a la tarifa plana de 50 euros para todos los nuevos trabajadores autónomos independientemente de su edad, que también aprobó el Gobierno hace unos meses.

Más crecimiento

Como no podía ser de otra manera, la patronal CEOE-Cepyme recibió positivamente esta medida. Pero los sindicatos se apresuraron a criticar la rebaja de cuotas, “porque además de un golpe a los ingresos de la Seguridad Social, que se hará a costa de trabajadores y pensionistas, actuará en dirección contraria a lo demandado por los sindicatos, ya que si se quiere incentivar la contratación indefinida, habría que penalizar la contratación temporal”, advirtieron desde Comisiones Obreras.

Por su parte, UGT alertó que una vez que pasen los tres años de contratación que se exigen para mantener las ayudas recibidas en los dos primeros años, “los empresarios tendrán disponible la herramienta que les ha proporcionado la reforma laboral para permitir el despido de ese trabajador más fácil y más barato”.

Rajoy hizo este anuncio después de haber recordado la situación económica que encontró cuando llegó al Gobierno, a finales de 2011, con España al borde del precipicio, como rezaba uno de los titulares que rescató de la hemeroteca; y cuáles son en la actualidad los últimos indicadores de actividad, entre los que destacó la buena marcha de las exportaciones, el incremento de la inversión extranjera y el récord en turismo, entre otros.

Por todo ello y gracias a ese cambio de rumbo en la política económica, resaltó que después de nueve trimestres consecutivos de caída de la producción, de julio a septiembre de 2013 la economía española logró abandonar la recesión. Esta mejora se mantuvo al final del ejercicio y en este comienzo de 2014, lo que posibilitará, según confirmó el presidente, que el Gobierno revise al alza el cuadro macro que debe remitir a Bruselas el próximo mes de abril.

Así, la nueva estimación de crecimiento para este ejercicio será del 1% (frente al 0,7% inicial) y del 1,5% para 2015. El jefe del Ejecutivo se mostró convencido de que el sector exterior seguirá siendo el principal protagonista, con un saldo positivo en la balanza por cuenta corriente y de capital del 2% este año y del 2,5% en 2015.

“Todo ello nos permitirá avanzar en nuestro objetivo primordial: favorecer la creación de empleo. Este año se creará ya empleo neto, tanto en términos de contabilidad nacional, como en la encuesta de población activa (EPA)”, apuntó el presidente para acto seguido reiterar lo que ya había avanzado días atrás. “A día de hoy tenemos más afiliados a la Seguridad Social que en las mismas fechas de 2013”, remarcó Rajoy, aunque eludió dar la cifra concreta a la espera del cierre de febrero.

Además del problema del empleo, la reforma fiscal o las nuevas medidas que tratarán de mejorar el acceso al crédito de grandes y pequeñas empresas, Rajoy se refirió en su discurso a la modernización de las administraciones públicas, los incentivos a la internacionalización de las compañías, la apuesta por Europa y la corrupción.

Sobre este último aspecto, Rajoy mostró su confianza en que debe haber una respuesta “clara y contundente” para aquellos comportamientos que incumplan la legalidad. Es más, anunció la reforma de la legislación procesal en materia de corrupción “porque necesitamos más agilidad y eficacia en la actuación de los Tribunales de Justicia”. “Es necesario que la Justicia llegue a todos por igual, pero que lo haga a tiempo”, apostilló.

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