La escasa rentabilidad del turismo nacional en España
España batió todos los récords de las estadísticas de turismo extranjero, con más de 60,6 millones de visitantes y unos ingresos que superarán los 45.000 millones de euros. En paralelo, el turismo nacional ha prolongado el deterioro sufrido desde el inicio de la crisis y tan solo ha mostrado mínimas señales de mejoría en los tres últimos meses de 2013. En ese período, los movimientos de visitantes nacionales que mide el Ministerio de Industria a través de la encuesta Familitur, han crecido rompiendo la racha negativa que se ha prolongado durante tres ejercicios.
Esa leve mejoría no sirve, sin embargo, para disipar las dudas que muestran las empresas del sector con la evolución de un turismo nacional, lastrado por la menor renta disponible, la subida de impuestos y una tasa de desempleo que ni ha bajado ni tiene pinta de hacerlo al menos en el corto plazo. Todo ello se puede comprobar en la primera estimación que ha hecho Eurostat sobre los datos de cierre del número de pernoctaciones turísticas correspondientes al pasado ejercicio. En 2013, Eurostat augura que los turistas (nacionales y extranjeros) habrían realizado 386 millones de pernoctaciones, lo que supone un 14,7% del total de estancias realizadas en Europa. De este modo, España se sitúa en el segundo puesto, tan solo superada por Francia, con 405 millones, y ya lejos de Italia (363 millones) y de Reino Unido (320).
El análisis de las pernoctaciones en función de la procedencia de los turistas muestra una profunda divergencia entre España y el resto de los países europeos. En la Unión Europea se realizaron el pasado ejercicio 2.618 millones de pernoctaciones, de las que 1.180 millones (45%) correspondieron a extranjeros y 1.437 (55%) fueron de residentes. Unos porcentajes que chocan con la realidad del turismo de España, donde se produjeron 386 millones de estancias, de las que 251 millones (65%) fueron de extranjeros y tan solo 134 millones fueron de nacionales (35%). El número de pernoctaciones de los nacionales es el más bajo en toda la Unión Europea, especialmente con aquellos que son considerados potencias turísticas. Es el caso de Alemania, en el que las cifras se invierten. El 80% de las pernoctaciones realizadas las hacen visitantes nacionales, un porcentaje que se reduce al 67% para Francia, al 63% para Reino Unido o al 50,4% para Italia. En cualquier caso, todas ellas bastante lejos del 35% de España.
Esa divergencia muestra al mismo tiempo el deterioro sufrido por las autonomías que dependen en gran parte de la evolución del turismo nacional. España se divide en dos grandes grupos: por un lado, cinco autonomías (Canarias, Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía), que son destinos tradicionales de sol y playa y entre cuyo turismo el peso del extranjero es determinante. Todos ellos ganaron cuota en 2013 y han mejorado sus ingresos gracias a la buena evolución de los mercados tradicionales europeos (Reino Unido, Francia y Alemania) y al despegue de algunos destinos emergentes, como Rusia. Especialmente significativo es el aumento de este último, el noveno en entradas y el quinto en pernoctaciones. En el otro lado se encuentran aquellos destinos urbanos y rurales que dependen del turismo nacional, que se han visto lastrados por el recorte de viajes de los residentes. Aquí se encuentran enclaves como Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Asturias y Galicia, con caídas de dos dígitos en las pernoctaciones, y con amenaza de cierres en una parte importante de la planta hotelera.
Desde el lobby Exceltur y la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) se ha reclamado insistentemente al Gobierno que pusiera en marcha medidas de alivio fiscal para aportar liquidez a los hoteles medianos y pequeños más afectados por esos problemas. La más reclamada era la de exonerar del pago de las cotizaciones a la Seguridad Social a ese tipo de establecimientos durante la temporada baja (octubre-mayo). Las estrecheces presupuestarias han impedido la activación de estas medidas y el único gesto que se ha logrado por parte de la Secretaría de Estado de Turismo es la puesta en marcha de una campaña publicitaria para impulsar el turismo nacional.
Líder en ingresos
El auge del turismo extranjero tiene, sin embargo, una cara positiva. España cerró el año pasado como el país de la Unión Europea que más ingresos obtuvo por turismo extranjero (la primera estimación habla de 45.000 millones de euros). Si se confirma esa cifra consolidaría la segunda plaza del ranking mundial, tan solo superada por EEUU, y ya a cierta distancia de Francia, en tercera posición.
De hecho, las estadísticas de Eurostat muestran que el saldo de la balanza turística de España rozará los 33.000 millones, lo que supera con creces a la suma del saldo del resto de países de la Unión Europea. Un dato que, sin embargo, pone de relieve el profundo deterioro sufrido por el turismo nacional. El saldo de la balanza de pagos es el resultado entre los gastos que hacen los extranjeros en España y el que hacen los nacionales en el exterior. Este último apenas superó los 12.000 millones frente a los 65.000 de Alemania, los 40.000 de Reino Unido, los 30.000 de Francia o los 20.500 de Italia.