La velocidad de crucero del PIB
El Gobierno revisará al alza su previsión de crecimiento en abril, cuando envíe a Bruselas el Programa de Estabilidad revisado, y ajustará así a la realidad unas estimaciones superadas. El PIB ha arrancado el año con un avance trimestral del 0,4%, según el servicio de estudios del BBVA, lo que supone que la velocidad a la que se mueve la actividad económica, que es como las autoridades norteamericanas miden el crecimiento, es de un avance interanual del 1,6%. Y aunque hoy, con el lastre de una profunda recesión siga pareciendo una quimera, bien podría estar más cerca de tal cifra el desempeño de la economía en todo el año que de la previsión gubernamental actual (0,7%).
Además de unas reformas que han estirado el crecimiento potencial y han favorecido el avance de variables enganchadas al PIB como el empleo, hasta el punto de que pueden convertirse en motor del crecimiento por cebar la demanda interna, son básicas el tirón del efecto riqueza y la mejora de los indicadores de financiación, tanto en unos tipos de interés arrastrados por la deuda de España como en avance del crédito nuevo. Solo falta un impulso verdadero de la renta disponible ajeno a los salarios, y que solo puede proporcionar una reforma fiscal que movilice consumo e inversión.