En tiempos de cápsulas, café fresco tostado a mano
La cadena de tiendas invierte 120.000 euros en afinar al máximo su motor de ventas online
En una época en que lo cool es dejarse ver tomando un Starbucks mientras se navega por internet o sentirse como George Clooney bebiendo lo que sale de su propia máquina Nespresso, ¿tiene futuro una cadena de tiendas que vende café fresco tostado a mano y molido en el momento? Juan Rodríguez, director general de La Mexicana, cree que sí. “Gracias a ellos tenemos cada vez más cabida en el mercado”, afirma. Y la prueba es que la tienda original, un establecimiento con 124 años de antiguedad ubicado en el corazón de Madrid, no deja de recibir clientes todo el día y la empresa está apostando fuerte por la venta online.
“Starbucks y Nespresso han puesto al servicio del café un volumen de inversión en marketing brutal, con el que han conseguido que vuelva a estar de moda. Una vez que el producto está de nuevo en boga, los consumidores buscan la excelencia y esta nunca está dentro de una cápsula. La excelencia está en la vuelta a los orígenes”, sostiene.
Así, al mismo tiempo que surgen clubes de aficionados a las cafeteras personales, ciudades como Nueva York, San Francisco y Singapur comienzan a llenarse de pequeños coffees shops donde el cliente puede escoger un tipo de café y ver cómo se prepara en el momento.
La cadena de 17 tiendas, a la que en más de una ocasión ha pretendido el gigante alemán Tchibo, quiere aprovechar este fenómeno para renovar sus establecimientos y potenciar la venta a través de internet. Este segundo proyecto está más avanzado.
“Starbucks y Nespresso han vuelto a poner de moda la bebida. Ahora es momento de volver a los orígenes”, destaca el dueño de la empresa
La empresa lanzó su web en marzo del año pasado. En ella, el cliente puede escoger los productos que le interesa comprar, programar el día y la frecuencia de los envíos (si quiere recibir un paquete una vez al mes o cada tres semanas, por ejemplo), hacer cambios en su pedido y pagar sin salir del sitio.
“Hemos tenido que contratar a un proveedor holandés porque en España ninguna pasarela de pago te da toda esa flexibilidad”, comenta Rodríguez.
El grupo, que factura 4,2 millones de euros anuales, lleva invertidos en la tienda online 120.000 euros. Internet supone todavía el 1% de sus ventas, pero Rodríguez aclara que no tienen prisa por captar clientes sino por asegurarse de su fidelidad.
“La venta online es para mí como una serie de coladores. Tú echas por arriba consumidores que compran por primera vez y, dependiendo de lo bien o mal que funcione tu web, te saldrán por abajo clientes fieles o no. Por eso, me interesa más gastar en regular perfectamente todos esos filtros que en seguir echando clientes por arriba”, explica.
120.000 euros
Es lo que lleva invertido Cafés La Mexicana en su tienda online. El grupo factura 4,2 millones de euros anuales.
La cadena, que tiene sus tiendas repartidas entre Madrid, León, Talavera de la Reina y Salamanca, ha preferido invertir en la web antes que en la apertura de nuevos locales porque la contracción del consumo lo hacía más aconsejable.
Además, considera que el comercio electrónico está ya lo suficientemente maduro y la logística ha mejorado mucho. “Los costes de envío, por ejemplo, han bajado a niveles razonables: entre 2,99 y 3,99 euros dependiendo de la ciudad donde estés”, apunta.
Pero Rodríguez añade que la motivación principal fue el convencimiento de que tenían algo especial que ofrecer. “La gente nos escribe y cuenta que cada vez que recibe el paquete la casa se llena de aroma a café. Es impactante. Sabes que lo que has comprado es un acierto antes de abrir la bolsa”.
La fuerza del Kilimanjaro en una taza
La compañía debe su nombre a una inmigrante mexicana hija de españoles que abrió la primera tienda en 1890 en la calle Preciados de Madrid.
En los años treinta, José Rodríguez Corral, el principal proveedor de grano tostado del establecimiento, compró el negocio. Desde entonces, la compañía se ha mantenido en manos de la misma familia.
Todas las mañanas, la empresa tuesta el café a mano en una fábrica que tiene en Madrid y lo reparte entre sus 17 tiendas –cuatro propias y 13 franquiciadas– para ser vendido en el día.
La empresa ofrece 17 variedades de calidad superior que compra a pequeños productores de Colombia, Guatemala, la isla de Java en Indonesia, Kenia y Etiopía.
El último que ha incorporado a su carta es un café cultivado en las laderas del volcán Kilimanjaro, en Tanzania.