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El PPE lanza un "Junker" contra Schulz

El luxemburgués Jean-Claude Juncker tiene pocas posibilidades, por no decir ninguna, de convertirse en presidente de la Comisión Europea. Sin embargo, su candidatura, aireada desde el Partido Popular Europeo, es ideal para derribar en pleno vuelo la figura ascendiente del socialista alemán, Martin Schulz. Y despejar así el terreno para un tercer candidato de compromiso.

La estrategia ya se utilizó en anteriores elecciones, cuando figuras prominentes de los conservadores, como el británico Chris Patten, sirvieron para frenar a rivales no deseados. La historia parece repetirse, en un momento en que el actual presidente del parlamento Europeo, Martin Schulz, ha logrado cierta ventaja en la carrera por sustituir a José Manuel Barroso al frente de la Comisión.

Schulz ya ha sido elegido candidato "oficial" a la presidencia por el Partido Socialista Europeo (PSE), segundo grupo del Parlamento por detrás del PPE y con aspiraciones a convertirse en el primero tras las elecciones de mayo.

Los socialistas, además, están casi en pie de igualdad con los conservadores en el Consejo (donde se sientan los Gobiernos de la UE), y gobiernan en coalición en Berlín y en Roma y en solitario en París, tres capitales esenciales para el reparto de cargos en Bruselas.

Todo ello convierte a Schulz en un peligroso rival para cualquier candidato del PPE. Para cualquiera, probablemente, salvo para Juncker.

Juncker, ex primer ministro de Luxemburgo y ex presidente del Eurogrupo, habla alemán, es muy popular en Alemania (salvo en el despacho de Merkel) y hace gala de una habilidad dialéctica que podría desencajar a un Schulz habitualmente bastante irascible.

Fuentes alemanas aseguran que Juncker no goza del apoyo de Berlín. Y aun así, su nombre es esgrimido casi a diario por su propia familia política, más como arma arrojadiza que como caballo ganador

La estratagema funciona. Hoy mismo, el diario Financial Times ya equipara en su editorial las candidaturas de Schulz (oficial), Juncker (inexistente) y el liberal Guy Verhofstad (irrelevante). Y rechaza a los tres, como representantes de una élite caduca apoltronada en "Bruselas" desde hace años. Que es lo mismo que pedir paso para una nueva generación, en la que se encuentran casualmente algunos de los candidatos preferidos por Berlín.

Por mayoría

El actual Tratado de la UE (art. 17) establece que el nuevo presidente de la Comisión se elegirá "teniendo en cuenta el resultado de las elecciones". Pero será a propuesta (por mayoría cualificada) del Consejo de la UE (los 28 gobiernos), que deberá ser aprobada por la mayoría de miembros del Parlamento.

El mecanismo sigue ofreciendo suficiente ambigüedad como para dejar mucho margen de maniobra a los jefes de gobierno. Sobre todo, si, como se espera, las elecciones de mayo arrojan unos resultados muy similares para los dos grandes partidos. De ahí que con el nuevo Tratado sirvan las mismas tácticas que con el antiguo, como el lanzamiento de un candidato para neutralizar otro, la colocación de aspirantes dispuestos a quemarse antes de llegar a meta, etc.

Foto: museo de aviación en Bruselas (B. dM., 2-3-2013).

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