¿Mayor Oreja o Arias Cañete? Garcia Margallo
El nerviosismo en las filas del PP va en aumento a medida que se acerca la Convención del partido de este fin de semana en Valladolid, sobre todo, entre quienes aspiran a buscarse un hueco en Bruselas en la próxima legislatura europea. A cinco días de la cita se ha caído uno de los candidatos del partido a las elecciones del Parlamento Europeo, el eurodiputado Jaime Mayor Oreja. ¿Aguantará el otro favorito, el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete? ¿O aparecerá un tapado de Mariano Rajoy que nadie o casi nadie se espera?
La segunda opción gana peso en la cuenta atrás hacia las elecciones de mayo al Parlamento Europeo. Y en ese escenario, surge la posible candidatura de José Manuel García Margallo, actual ministro de Asuntos Exteriores.
Su perfil encaja tanto en Madrid (perfecta sintonía con el presidente del Gobierno) como en Bruselas, donde fue eurodiputado durante cuatro legislaturas (1994-2011).
García-Margallo no oculta su morriña por la capital europea y mantiene una agenda plagada de contactos en Bruselas que sería la envidia de muchos políticos españoles o de otros países europeos.
Desde el comienzo del euro, en 1999, ocupó la vicepresidencia de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento, un puesto que le permitió "rozarse" continuamente con la cúpula del BCE, incluidos sus tres presidentes (el difunto Wim Duisenberg, Jean-Claude Trichet y Mario Draghi).
Tras su vuelta a Madrid, para incorporarse a la cartera de Exteriores, García-Margallo tampoco ha podido disimular su añoranza del capítulo económico. Una vocación, por cierto, que de retornar a Bruselas podria chocar con las posibilidades de otro ministro, Luis de Guindos, como potencial presidente del Eurogrupo.
Pero el regreso a Bruselas del ministro de Exteriores ofrece a Rajoy otros réditos más imporntantes. Primero, situar en primera línea de fuego electoral a una figura del Gobierno cuya victoria sería un éxito, pero cuya derrota no le dañaría excesivamente pues García-Margallo sigue sin figurar entre los miembros del Gobierno más conocidos.
En segundo lugar, la presencia en Bruselas del antiguo eurodiputado permitiría al PP tener como jefe de filas un peso pesado, tanto si se queda en el Parlamento como si se le propone para comisario europeo tras las elecciones europeas.
En la Comisión, García-Margallo puede reclamar una presencia a la altura de la que han mantenido los comisarios españoles en los últimos 15 años (donde han ocupado, sucesivamente, las carteras de Economía y Competencia, dos de las más importantes del organismo europeo).
¿Saldrá la candidatura de García Margallo adelante? A unos días de la cita de Valladolid (donde todavía no se espera la decisión definitiva), ningún miembro del Partido Popular, salvo su presidente, puede descartarlo o darlo por seguro.
Rajoy ha vuelto a demostrar este lunes, con la caída de Mayor Oreja, que solo los más cercanos (y quizá ni siquiera) pueden adivinar quién será aplastado por la parsimonia del presidente o convocado a seguir la llamada del cencerro monclovita.
La desorientación es de tal magnitud que en la cita del Partido Popular Europeo en la noche del lunes en Bruselas (los llamados encuentros Saint Gery) algunos miembros del partido se mostraban sorprendidos por la ausencia de "Jaime" al frente de las listas. Un borrón que los más lejanos a Rajoy (y quizá alguno de los cercanos) daban por descontado desde primeros de año, cuando Mayor Oreja empezó a sonar en Bruselas para el número tres de las listas europeas como mucho. Una oferta que el cabeza de lista en 2009 no podía dejar de rechazar
La única cortesía de Rajoy ha sido permitir que Mayor presente su defenestración como una inmolación voluntaria. Habrá que ver cómo resuelve lo de Arias Cañete (con quien mantiene buena relación) si finalmente el ministro de Agricultura también se queda con la miel de Bruselas en los labios y el cocido madrileño bajo el brazo.
Imagen: tomada de la web de Moncloa.