La banca destaca la mayor implicación del BCE en las pruebas de riesgo
Bankinter y Banco Sabadell fueron las primeras firmas financieras en presentar sus resultados la semana pasada. En ambos casos, sus beneficios fueron superiores a lo previsto por los analistas y en ambos casos también engordaron ligeramente la hucha de las provisiones por si acaso.
Es cierto que la partida de las dotaciones y provisiones descendió sobre lo registrado un año antes y ha sido uno de los capítulos destacados que han contribuido a que sendos bancos incrementasen sus resultados considerablemente sobre el ejercicio de 2012. Pero también es cierto que difícilmente podrían haber superado a las realizadas un año antes, cuando Economía exigió que las entidades financieras saneasen sus activos vinculados al sector inmobiliario.
Las provisiones, aún muy elevadas por el crecimiento de la morosidad, siguen comiéndose una importante parte de los resultados, como reconoció hace unos días el presidente de Santander, Emilio Botín, en la convención de directivos del banco. Por ello, aunque en 2013 han sido inferiores a las del año anterior, han superado ligeramente lo que establece la norma.
En la convención, el consejero delegado de Santander, Javier Marín, dijo algo novedoso en los discursos de los primeros ejecutivos de la banca. Anunció la puesta en marcha en el banco de un plan director de recursos humanos. El objetivo es revolucionar toda la operativa del banco con formación, concienciación y vinculación de la plantilla. El propósito es que la nueva división corporativa de banca comercial que encabeza para todo el grupo en el mundo Javier San Félix lleve a cabo las mejores prácticas comerciales en todas las filiales de la firma.
Además, hizo mención a la banca responsable y ética, cuyo objetivo es atender a las necesidades de la clientela y recuperar la imagen social y reputacional del sector en general y, por extensión, del grupo en particular.
Hay que poner a salvo al banco de conflictos sociales y de riesgos innecesarios, proclamó la cúpula de Santander ante 4.000 directores de oficina de la entidad en España.
Pero mientras Santander hace su particular revolución, el Banco de España junto al resto de los bancos centrales, el BCE y las entidades financieras europeas llevan de reunión en reunión desde el pasado 20 de enero. El motivo es adaptar y explicar al sector la metodología que se aplicará en la revisión de los activos de la banca, más conocida por sus siglas en inglés AQR.
De momento, la pasada semana se reunieron los distintos bancos centrales europeos con el protagonista de la futura supervisión europea, el BCE. Hoy las auditoras interesadas en participar en el concurso convocado por el Banco de España para examinar a la banca española de los AQR deberán entregar sus ofertas para el día 31 anunciar el ganador.
El objetivo es que el lunes 3 de febrero (se puede retrasar un día porque Bankia presenta resultados), el Banco de España avanzará a la auditoría/as ganadora/as de la licitación los criterios consensuados por el BCE para realizar estas pruebas previas a los test de estrés.
El proyecto del Banco Central Europeo (BCE) es homogeneizar todos los criterios repartidos en las diferentes normativas del sector existentes en Europa para que no haya discriminación ni positiva, ni negativa. Es decir, que bajo la petición de los mismos datos se exijan también los mismos criterios.
Pero la reunión definitiva en la que se cerrará la metodología y criterios se celebrará el próximo 13 de febrero. En este acto, el BCE y los asesores independientes reunirán a la banca para explicar las pruebas.
Todas las fuentes consultadas consideran esta cita una de las más importantes del examen de los AQR. Un alto directivo de un banco destaca la implicación directa en estas pruebas del Banco Central Europeo, frente a las realizadas en los años precedentes.
Los resultados de los AQR se conocerán en julio y el suspenso de alguna entidad derivará en la búsqueda inmediata de capital para cubrir los riesgos detectados por el BCE en esta revisión.
Poco después, en septiembre, se iniciarán los test de estrés, pruebas de solvencia que realizará también el BCE con la Autoridad Bancaria Europea (EBA en sus siglas en inglés). Varias voces de los principales ejecutivos del sector, sin embargo, han comenzado a quejarse del calendario tan apretado entre los resultados de los AQR y el examen de solvencia. Creen que el calendario está muy ajustado. Por ello, consideran que al final los test de estrés se retrasarán. El BCE, además, estará en esas fechas envuelto en la vorágine de poner en orden su nueva estructura para convertirse en el supervisor único europeo.