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La empresa envió una carta días antes de entrar en impago

Codere advirtió a CNMV y banca de la actitud encubierta de los fondos

Gema Escribano

En pleno preconcurso de acreedores y a tan solo cinco días de entrar en impago efectivo, Codere remitió un documento a la CNMV en el que señalaba los riesgos que entrañó la compra de la deuda por parte de los fondos buitre a las entidades financieras (BBVA, Barclays y Credit Suisse).El documento, con fecha del 10 de enero y al que ha tenido acceso CincoDías, es una continuación de la documentación reportada por la multinacional del juego en agosto de 2013, apenas 15 días después de que notificara a la CNMV su consentimiento “para la cesión de su posición en favor de Canyon y GSO”.

La conclusión que se desprende de la carta dirigida al regulador es que los cambios en las condiciones de financiación evidencian “el interés de los nuevos acreedores en producir el incumplimiento de las obligaciones financieras de la sociedad, mediante la especulación de los seguros de impago (CDS)”. Es decir, los fondos buitre impondrían esos requisitos con el objetivo de que la compañía cayera en default y ellos, que en el mercado habrían estado comprado CDS, se beneficiarían de su cobertura.

La nueva documentación aportada por Codere al organismo que preside Elvira Rodríguez revela los beneficios que podría haber obtenido Blanckstone con el impago de la empresa.Según los datos contenidos en la carta, el capital riesgo habría conseguido un beneficio de entre 11,4 millones y los 13,7 millones de euros.

A los fondos solo les habría bastado exigir un retraso en el pago a los acreedores para que se activase el default y cobrar el contrato que cubre las pérdidas en caso de impago.

Las advertencias de Codere, no quedan ahí. La empresa, propiedad de la familia Martínez Sampedro, apercibió a Barclays de la actitud encubierta de los fondos antes de que las entidades vendieran su deuda a los nuevos acreedores. Pero ni la CNMV, que según las últimas filtraciones estaría investigando los hechos, ni la banca hicieron caso de los avisos efectuados en verano.

La consecuencia de todo ello es la complicada situación a la que se enfrenta la compañía con una deuda de 1.300 millones entre bonos y préstamo. Ante la imposibilidad de abonar el vencimiento del crédito sénior, Codere se acogió el pasado 2 de enero al preconcurso. Esta estrategia otorga a la compañía cuatro meses de negociaciones para llegar a un acuerdo y evitar que sus acreedores se queden con el capital de la compañía.Según la información proporcionada por Codere el pasado 21 de enero, los activos pignorados de Codere corresponden a las acciones que sirven de garantía a la emisión de bonos. Es decir, en caso de no llegar a un acuerdo con sus bonistas y de que no se paguen los intereses de la deuda, los acreedores pasarían a hacerse con el capital. Hasta la fecha no ha transcendido nada de las negociaciones tan solo que existen sobre la mesa nueve propuestas, cinco presentadas por los bonistas y otras cuatro, por la empresa.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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