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Prevé seguir generando flujos de efectivo positivos

Codere y los bonistas debaten nueve ofertas sin llegar a un pacto

Terminales de juego de Codere.
Terminales de juego de Codere.
Gema Escribano

Codere continúa negociando con sus acreedores el futuro de la empresa. Después de que los bonistas rechazaran la propuesta planteada por la compañía, que contemplaba una quita del 50%, la empresa y sus acreedores siguen en conversaciones. De momento no hay acuerdo, tal y como señaló la compañía en un hecho relevante enviado a la CNMV, pero sobre la mesa existen nueve propuestas. Cinco corresponderían a los bonistas y las cuatro restantes, a la prestadas por la empresa.

Codere, que el pasado 15 de enero entró en impago efectivo tras decidir que no abonaba los intereses de la emisión de 760 millones de euros, intenta así escapar al concurso de acreedores, aunque no lo excluye. La empresa, que a 30 de septiembre de 2013 registró unas pérdidas de 19 millones de euros, considera que su negocio cuenta con viabilidad “en la medida en que ha generado y se prevé que siga generando flujos de efecto positivo” en los próximos meses. No obstante, la compañía reconoce que su viabilidad dependerá en última instancia de “llegar a un acuerdo de reestructuración de su deuda financiera con los tenedores de bonos”.

De acuerdo a la información remitida al regulador, los activos pignorados de Codere corresponden a las acciones que sirven de garantía a la emisión de bonos. En caso de no llegar a un acuerdo con sus bonistas y de que no se paguen los intereses de la deuda, los acreedores pasarían a hacerse con el capital de la compañía. Esta práctica encaja con la forma de actuar de los fondos buitre que aprovechan la debilidad de las compañías para comprar deuda barata con el objetivo de cobrar su nominal o superior y en algunos casos apoderarse de su capital, tal y como apuntan fuentes financieras.

Las acciones ceden un 1%

A la espera de que empresa y acreedores alcancen un pacto, las acciones de Codere continúan sumidas en un espiral de volatilidad. La empresa, que la semana pasada vio como las agencias de calificación rebajaban su nota y la situaban en impago, cayó ayer un 1,09% hasta los 0,91 euros por acción.

Además de la negociación con los bonistas, con los que tiene contraída una deuda de 1.000 millones, Codere se enfrenta al poder de los fondos buitre que en junio compraron la deuda de la empresa a BBVA, Barclays y Credit Suisse. Ante la imposibilidad de hacer frente a su vencimiento el pasado 5 de enero, la empresa se acogió al preconcurso. Poco después alcanzó un pacto para prorrogar la línea de crédito sénior (127 millones) hasta el 6 de febrero, con la opción de una extensión hasta el 15 de abril sujeta a alcanzar un plan de reestructuración aceptado por el 50% de los bonistas.

En paralelo, la empresa solicitó a la CNMV una investigación para esclarecer la actuación de los hedge funds, los mismos a los que dio su consentimiento pero que según señalan fuentes próximas a la compañía han impuesto unas condiciones onerosas.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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