Nokia reduce pérdidas antes de vender su negocio de móviles a Microsoft
La compañía tecnológica finlandesa Nokia presentó hoy sus últimos resultados como fabricante de teléfonos móviles, ya que está previsto que en el primer trimestre de este año se haga oficial la anunciada venta de su división de Dispositivos y Servicios a Microsoft por 4.550 millones de euros.
Estos resultados mostraron que Nokia, antiguo líder indiscutible de la industria, ha sido capaz de recortar considerablemente las pérdidas millonarias que sufrió en los últimos años por su propia incapacidad para seguir abanderando la innovación en un sector que progresa a velocidad de vértigo.
En 2013 el gigante finlandés perdió 615 millones de euros netos, frente a los 3.105 millones del año anterior, aunque esta mejora no se debió a un aumento de las ventas, sino al importante recorte de sus costes operativos, que se redujeron en casi 2.000 millones de euros.
La facturación total de Nokia cayó un 22,3%, hasta 23.444 millones de euros, lastrada por un menor volumen de ventas en todas sus áreas de negocio.
La división de Dispositivos y Servicios, encargada de fabricar y comercializar los teléfonos móviles básicos y los terminales inteligentes, fue la peor parada, con una caída de su facturación del 29%.
Esta división, que será absorbida junto a sus 32.000 empleados por Microsoft cuando finalice la operación, registró una pérdida neta de 780 millones de euros, frente a los 2.300 millones negativos de 2012.
Nokia, que considera ya este negocio como parte del pasado y lo denomina “operaciones discontinuadas”, no quiso dar cifras exactas de la cantidad de teléfonos móviles que vendió en el último trimestre.
Sin embargo, la fuerte caída de los ingresos de esta división indica que colocó en el mercado menos terminales que el año anterior, rompiendo la progresión que había logrado en los últimos trimestres gracias a sus nuevos modelos Lumia, dotados del sistema operativo Windows Phone de Microsoft.
La cifra de ventas de teléfonos inteligentes de la gama Lumia es, precisamente, lo que más expectación despertó entre los analistas, dado que será el principal activo que herede Microsoft cuando se concrete el traspaso.
En el primer trimestre del año, Nokia vendió 5,6 millones de “smartphones” Lumia, una cifra que creció hasta los 7,4 millones en el segundo trimestre y a los 8,8 millones en el tercero.
Nokia evitó dar el dato concreto correspondiente al cuarto trimestre, aunque señaló que en todo el año se superaron los 30 millones de unidades, lo que indica que se situaron en torno a los 8 millones.
Una vez culmine la venta de su negocio de móviles, algo que se espera antes de abril, Nokia se dedicará principalmente a la fabricación y mantenimiento de redes de telecomunicaciones, a través de su división Nokia Solutions and Networks (NSN).
Asimismo, contará con otros dos departamentos con los que seguirá desarrollando mapas digitales y servicios de geolocalización (HERE), y gestionando su extensa cartera de patentes de telefonía móvil (Tecnologías Avanzadas).
En 2013, estos tres negocios aportaron a Nokia el 54% de su facturación total y lograron un beneficio neto de 41 millones de euros, frente a los 1.483 millones de pérdida del año anterior.
Las ventas netas de lo que será la futura Nokia se redujeron un 17 % respecto a 2012, hasta 12.709 millones de euros, por el menor volumen de equipos y servicios de infraestructura móvil.
En cambio, logró un beneficio operativo de 519 millones de euros, frente a los 821 millones de pérdidas de 2012, gracias a la reducción de sus costes y a la desinversión de su activos no estratégicos.
“En el cuarto trimestre, estos negocios produjeron un margen operativo subyacente del 12%. Aunque el primer trimestre del año suele ser débil, esperamos que el cierre de la transacción con Microsoft mejore significativamente el perfil de ganancias de Nokia”, señaló el presidente de Nokia, Risto Siilasmaa.
Pese a las palabras de Siilasmaa, los mercados acogieron estos resultados con frialdad, y las acciones de Nokia se devaluaron casi un 10% en la Bolsa de Helsinki una hora antes del cierre.