Nada es imposible
Las relaciones entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y su predecesor, Álvaro Uribe, no son precisamente amistosas. El exmandatario no para de criticar a quien fuera ministro de Defensa en su Gobierno. La división es profunda, tanto en lo que se refiere a los asuntos exteriores del país latinoamericano como a la política antiterrorista de negociación con las FARC emprendida por Santos. A pesar de ello e intentando desdramatizar el asunto, el presidente colombiano se declara optimista. Durante un diálogo con Felipe González en un foro empresarial celebrado ayer en Madrid, afirmó:“Si nos estamos reconciliando con la guerrilla, cómo no me voy a reconciliar con Uribe”. Las risas y los aplausos que estas palabras desataron parecen confirmar que nada es imposible.