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Asegura que la cuenta de resultados "ha sido muy adversa"

Arturo Fernández dice que 2013 ha sido "el peor año" de su historia

Arturo Fernández, presidente de Arturo Cantoblanco.
Arturo Fernández, presidente de Arturo Cantoblanco.

El Grupo Arturo Cantoblanco dará entrada en su capital a nuevos accionistas que, junto a Real Investment Holding, controlarán el 51 % del capital, en una operación que se cerrará este trimestre y que lideran dos bancos.

Así lo ha indicado en una entrevista con EFE el presidente del grupo y vicepresidente de CEOE, Arturo Fernández, quien ha explicado que esa operación se hace a través de un sindicato bancario y que entre los nuevos accionistas habrá dos instituciones financieras y cinco empresarios, además de Real Investment Holding.

Arturo Fernández ha destacado que 2013 ha resultado ser para el grupo el “peor año de su historia, donde la cuenta de explotación ha sido muy adversa”.

La entrada de nuevos socios implicará la reestructuración de la deuda de 35 millones que tiene el grupo y una ampliación de capital, así como la reorganización en un holding.

Como resultado, Arturo Fernández, quien hasta el momento era el único accionista del grupo, quedará en un segundo plano operativo como presidente no ejecutivo.

“Les he planteado mi renuncia, pero me han dicho que el activo más importante de la empresa soy yo; que soy un buen relaciones públicas. Seguro que soy un buen relaciones públicas y no un buen gestor”.

No quiere desvelar, de momento, qué empresarios entrarán en el grupo, aunque los califica de “amigos”, y ha precisado que los dos bancos que lideran el proceso están entre los que trabajan y tienen la deuda sindicada, como son Bankia, Santander, Banca March, La Caixa y BBVA.

La operación se cerrará este trimestre y los nuevos accionistas, de los que parte ya han aportado capital -es el caso de Real Investment Holding- tendrán 6 meses para hacerse con el 51 % de la compañía.

Falta consensuar entre el family office y la banca a quiénes se designará para ocupar los puestos de director financiero, director comercial y consejero delegado.

“No hay aún nadie nombrado, aunque se han propuesto nombres no hay nadie designado para estos puestos”.

Pese a que los nuevos accionistas no han aceptado su retirada, Fernández ha asegurado que “está cansado” y que si al final gana las elecciones en la CEIM, le quedarán cuatro años en los que quiere dedicarse a este cargo más a fondo.

“Si gano, en este último mandato quiero dedicarle más tiempo en cuerpo y alma a algo que me ha costado mucho tiempo, algún disgusto y muchas satisfacciones. Lo que quiero es dedicarme más a esto que a mi negocio”.

Fernández hace balance de un año en el que la compañía ha perdido sus concesiones estrella en restauración como las de Endesa, L'Orèal y la del Congreso, y ha cerrado otras como la de IFEMA, así como restaurantes que no funcionaban.

En cambio ha reabierto otros bajo nuevos conceptos, lo que ha supuesto pasar de unos 140 a 105 establecimientos gestionados en restauración bajo su marca.

Un año en el que el grupo ha cambiado estructuras como la del Teatro Real, y ha perdido la concesión del Congreso, tras quedar segunda por detrás de la ganadora Eurest.

Una concesión que logró hace 23 años con el Gobierno socialista, pero de la que asegura que se ha mantenido por el “prestigio”, porque “ganar dinero con ella, no lo hemos logrado en absoluto”.

“Es curioso que sea una empresa inglesa que cotiza en la bolsa británica la que dé de comer a los políticos españoles”, ha subrayado.

Fernández califica 2013 de “año malo”, pese a lo cual recalca que el que Grupo Arturo no ha hecho ningún ERE, está al día con su trabajadores, no ha rebajado sueldos y, según los convenios que tenían los trabajadores, se ha subido el sueldo al 60 % de la plantilla.

“Hemos mantenido los puestos y esto tiene su mérito, a costa de muchos sacrificios. Nosotros, los empresarios, nos la jugamos todo los días, ponemos sobre la mesa lo que tenemos para poder mantener la empresa.

Asegura que lleva en los genes ser empresario: “lo era mi abuelo, que montó la empresa desde una armería, y mi padre. Hemos pasado dificultades, en 45 años he pasado muchas crisis, quizá esta es la más dura, pero he pasado por crisis en los 70, 80 y 90 y aquí estoy”.

“Estoy vivo y el que resiste triunfa”, recuerda el empresario que desarrolló Cantoblanco con un préstamo de unos 1.600 euros (unas 300.000 pesetas) de Banco de Levante al 21 % de interés.

Asegura que en Madrid puede haber 4.000 trabajadores que han estado en su empresa y que si se les pregunta por él y su empresa, “habrá pocos que hablen mal”. 

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