El Gobierno exhibe ante los inversores los logros de la transformación española
El ministro de Economía, Luis de Guindos, asistía ayer con una inusitada tranquilidad a un foro de inversores extranjeros. Frente al temor a una intervención de la economía española o a una posible ruptura de la zona euro que han dominado el ambiente de estos eventos en los últimos años, el encuentro, al que acudieron 280 inversores (un 30% más que en la anterior edición) era un remanso de paz en mitad de la tormenta desatada desde hace seis años. Los resultados económicos, avanzados por el propio Guindos en la comparecencia extraordinaria en el Congreso el lunes, apuntalan la teoría de que la peor parte de la crisis se ha superado y que las amenazas se van desvaneciendo. El PIB creció un 0,1% en el tercer trimestre y lo hará otro 0,3% en el cuarto trimestre de 2013, la creación de empleo volverá en la primera mitad de 2014 y el objetivo de déficit pactado con Bruselas para 2013 se cumplirá. Unos logros que, tal y como avanzó Guindos ayer, no servirán para que el Ejecutivo entre en una dinámica de autocomplacencia y aplace su apuesta reformista. “En España queda mucho por hacer. El Gobierno tiene que continuar con el esfuerzo de reducir el déficit y seguir con las reformas estructurales. La recuperación aún es frágil”, apuntó en su discurso, en el que además de enumerar los logros obtenidos en el proceso de consolidación, también trazó las reformas que se van a emprender en los próximos meses para continuar con la corrección de los desequilibrios acumulados entre 1993 y 2008.
Y la primera y más importante será la reforma fiscal que incluirá cambios en Sociedades para tratar de aligerar la carga fiscal a las empresas. El ministro de Economía avanzó que el objetivo es bajar el tipo general del tributo y al mismo tiempo eliminar un gran número de deducciones, para que el efecto en la recaudación sea neutro. En cuanto al IRPF se mostró esperanzado en devolverlo a los niveles previos a la subida aprobada en diciembre de 2011, mientras que en el IVA admitió que no espera cambios ya que se encuentra en la media de la Unión Europea. Guindos admitió que se cumplirá el objetivo de déficit pactado con Bruselas (6,5% del PIB en 2013), tras el gran esfuerzo de consolidación fiscal de los dos últimos ejercicios, y que ese cumplimiento no impedirá proseguir en la senda de ajuste del gasto público.
Por ello se mostró confiado en que el próximo paso de las agencias de calificación sea mejorar la nota de la deuda soberana española “ante los fundamentos saludables de la economía española”.
A la cita acudieron 280 gestores de fondos, tanto nacionales como foráneos, un 30% más que el año anterior
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, fue el encargado de dar la bienvenida a los inversores. En su discurso de inauguración recordó las reformas que el Gobierno ha hecho, como la laboral o la financiera, además de la consolidación fiscal. Apuntó que, hace un año, en el G-20 se discutía sobre “cuándo” se iba a producir el rescate de España, mientras que ahora “todo el mundo constata la salida de la recesión” con signos positivos como el descenso en la prima de riesgo o el crecimiento en el PIB. “Es el reflejo de esa confianza de que esta nueva España está inspirando. Los capitales extranjeros han vuelto, porque invertir en España, en este momento, es una buena idea”. Incluso dibujó un panorama en que el principal problema del país, el paro, según sus palabras, ha empezado a descender. Aunque no se olvidó del “enorme sacrificio” para la población que han supuesto los ajustes. “Estamos en el buen camino, no había otra solución por doloroso que sea, que ha sido mucho”.
El evento, que concluye hoy, está organizado por Estudio de Comunicación y cuenta con el patrocinio y colaboración de BNP Paribas, Exane, Grant Thornton, Grupo PRISA (editor de CincoDías), AON, Icex y Cecabank. Entre los asistentes se encontraban también altos directivos de las principales empresas del Ibex.
Continúan las reformas
El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, concretó a los inversores algunas de las reformas pendientes en las que el Gobierno trabaja. Destacó las mejoras que se quieren hacer para mejorar el mercado interno, la futura norma liberalizadora de los servicios profesionales, la reforma energética todavía pendiente, una simplificación de la Administración que la haga “más amigable a las empresas”, y finalmente, el compromiso, que continúa, de control del déficit. “España está totalmente comprometida con la consolidación fiscal”, aseveró.
Ante una pregunta de un inversor, García-Legaz se mostró “optimista” ante el futuro del país por varias razones, como la competitividad ganada, “que no proviene de una devaluación de la moneda, sino de un descenso de los costes laborales unitarios y de una mayor productividad”. También porque “va a haber poca inflación en los próximos años”, aseguró, debido a medidas como la congelación del salario mínimo o la desindexación de las pensiones. Además, recordó que en los últimos seis años, las empresas españolas que exportan han pasado de ser 100.000 a 150.000. “No creemos que vayamos a crecer al ritmo de exportaciones en que lo hemos hecho hasta ahora. Eso es imposible. Pero sí se va a seguir subiendo”, apuntó. Entre los logros de España, incluyó la introducción del compromiso de déficit cero en la Constitución, la reforma financiera, la creación del Sareb e incluso aseguró que el sector privado ya creó empleo neto en 2013. “El año 2014 será más brillante para la economía española”, aseguró el secretario de Estado de Comercio.
Respecto al viaje que Mariano Rajoy ha realizado esta semana a Washington, donde se ha reunido con su homólogo de EE UU, Barack Obama, García-Legaz señaló que ha servido para mejorar la imagen exterior del país. “Hay un cambio total de la percepción sobre España gracias a las reformas. Hay interés por las multinacionales españolas”.
A la espera de “dos inversiones de EE UU”
Hace un año nos reunimos aquí, hablamos de los problemas de la economía española y apunté a que íbamos a mejorar”, se mostraba satisfecho José Manuel García Margallo. Seguramente el ministro de Exteriores estaba pensando en un “se lo dije y no me creían”, hablando a la audiencia del Spain Investors Day, formada por más de 280 inversores de Bolsa y directivos de empresas españolas cotizadas. Y es que el Gobierno mostró a los gestores provenientes de más de 30 países los resultados más positivos de sus reformas.
Jaime García-Legaz, secretario de estado de Comercio, recién llegado de Washington, donde acompañó a Mariano Rajoy en su encuentro con Barack Obama y con empresarios, incluso daba una buena noticia en un corrillo con los periodistas. En las próximas semanas llegarán “dos inversiones importantes de multinacionales de EE UU”, adelantaba sin detallar mucha más información, solo que una de esas firmas corresponde al sector de las nuevas tecnologías y la otra al de la distribución.
Tras los discursos oficiales, comenzaba lo crucial para las compañías. Los altos directivos de las cotizadas hablaban a puerta cerrada a los inversores sobre sus balances y planes. La primera que tuvo ese honor fue Iberdrola. Mientras, un desfile de gestores y empresas subían a las suites del Hotel Ritz a negociar cara a cara, donde realmente se concretaba el interés de los fondos y se hacían las preguntas más delicadas.
Por primera vez en cuatro ediciones esta cita, que empezó a organizarse en el peor momento de la crisis, el ambiente general era de optimismo y se dejaban atrás palabras como rescate. “Una cosa es la realidad del país, donde puede tardar más en verse los resultados, y otras las oportunidades en Bolsa”, reconocía un gestor español en el lobby del hotel. Las conversaciones giraban en torno a que España ya no asusta. Aunque no todo sea positivo. El alto desempleo y el control de la deuda eran las incertidumbres macroeconómicas más repetidas, las que todavía quedan entre los venidos de fuera. “Los inversores este año son de más calidad, con más recursos”, explicaban también los organizadores. Entre los gestores, por primera vez, Norteamérica ha tomado un peso relevante. “Han venido 25 personas directamente desde EE UU. Eso ha cambiado respecto a otros años, ya que esos fondos mandaban a sus delegados en Londres”, explicaba un portavoz de una de las entidades organizadoras. “El mercado en Wall Street está en máximos, así que España y otros países europeos periféricos interesan, porque hay recorrido”, aseguraba un analista de un banco. También por primera vez, representantes de una decena de los principales fondos soberanos del mundo han participado en la cita. “Esto realmente ha explotado este año”, reconocía en los corrillos el presidente de una compañía que ha participado en las cuatro citas anteriores. Tanto éxito que incluso faltó sitio en el almuerzo para escuchar al ministro de Economía.
Preocupados por el paro, el gasto público y Cataluña
Tras veinte minutos de discurso, Guindos se sometió a un turno de preguntas por parte de los inversores. Ninguno de los cinco que formularon preguntas hablaron de prima de riesgo ni de rescate. Sin embargo sí lo hicieron con otros temas de candente actualidad económica como la elevada tasa de desempleo, el control del gasto público o el proceso secesionista en Cataluña. El titular de Economía confesó que el paro juvenil “·sigue siendo el principal reto del Gobierno, y está en unos niveles, absolutamente insatisfactorios”, aunque no precisó ninguna medida para tratar de combatirlo.
Preguntado por el control del gasto público se mostró confíado en que se seguirá racionalizando como en los últimos ejercicios, aunque consideró que su nivel “no es excesivo” y que tampoco es conveniente una bajada de salarios a los funcionarios como la acometida en 2012. De hecho, los sueldos públicos se volverán a congelar este año, lo que supone el tercer ejercicio desde 2011.
El proceso separatista de Cataluña, cuya culminación está prevista en la votación del 9 de noviembre de 2014, también fue objeto de preguntas por parte de los inversores, preocupados por el impacto que puede tener en sus inversiones. Guindos pasó de puntillas y tan solo hizo referencia al hecho de que las instituciones internacionales “buscan la prosperidad en los procesos de integración, no en los contrarios”.