Muestra de poder automovilístico en el Salón de Detroit
Los fabricantes de coches en EEUU dan la espalda a la crisis. No quieren oír hablar de ella, está cerrada. Durante las jornadas que durará el Salón Internacional del Automóvil en Norteamérica (Naias), que se celebra hasta el 26 de enero en Detroit, las marcas se esforzarán (porque ya empezaron a hacerlo ayer en la apertura) en dar señales de buena salud y fortaleza ante el mundo.
Su confianza cuenta con el respaldo de las matriculaciones en EEUU. En 2013, las ventas de automóviles nuevos en Estados Unidos se han recuperado hasta los niveles de antes de la crisis, con un aumento del 8 % con respecto a 2012, para situarse en torno a los 15,6 millones de unidades. Por primera vez desde 2009, año fatídico de las suspensiones de pagos de las grandes General Motors (GM) y Chrysler, el Departamento del Tesoro americano no tiene un papel protagonista en las cuentas de las automovilísticas.
Tras una amplia reestructuración, GM llega al Salón sin intervención pública y con buenas perspectivas de futuro. Las previsiones estiman que el mercado de vehículos crezca en el país americano en 2014.
Se esperan más de 850.000 visitantes al Salón, en el que participarán 35 constructores que presentarán una cincuentena de vehículos nuevos, de los cuales una quincena son prototipos. Son tantas las novedades que muchos han optado por filtrar sus nuevas apuestas hace semanas o por adelantar las presentaciones de los coches a antes de la apertura del Salón para asegurarse un hueco en los medios, conscientes de la importancia de aprovechar el renovado interés del consumidor.
Volkswagen anunció que invertirá 5.100 millones de euros en EEUU en los próximos años
Así lo ha hecho la propia GM, que presentó su nueva pick up GMC Canyon horas antes de la apertura del Salón. “Para el consumidor vemos una situación fabulosa”, destacó Tom Libby, analista de IHS Automotive, a AFP. “Obtienen una gran variedad de productos fantásticos, y los precios están bajando gracias a la presión de la competencia”.
La tendencia de los modelos que se presentarán también habla mucho de la recuperación de la crisis y del gusto de los norteamericanos por determinados tipos de coches, fruto de su tradición y cultura del automóvil. Si bien hace cinco años, durante los años más oscuros de la recesión, “los excesos se pasaron de moda, no estaban bien vistos, y se optó por modelos más discretos y ecológicos”, afirma para Reuters Lincoln Merrihew, especialista en la industria automovilística de la consultora Millward Brown Digital, ahora que la economía parece estar resurgiendo, la tendencia vuelve a cambiar. “Los fabricantes están consiguiendo coches más potentes que aúnan velocidad, seguridad y eficiencia en el consumo. Esto permite que el estigma esté ya desapareciendo y que estos coches deportivos vuelvan a ser tendencia”, dijo.
No sólo los americanos reflejan su fuerza. La alemana Volkswagen aseguró en la víspera del Salón que invertirá 5.150 millones de euros en Norteamérica durante los próximos cinco años. El presidente de la corporación, Martin Winterkorn, confirmó además el lanzamiento de un SUV de mediano tamaño destinado al mercado norteamericano, que empezará a venderse en 2016. Su objetivo es alcanzar unas ventas de un millón de automóviles en EEUU en 2018.