La banca de inversión avisa del impacto del desafío soberanista catalán
“En este momento, no existe ningún tipo de inversor racional que considere que puede haber un proceso secesionista en Cataluña”. Así se expresaba en una entrevista en el inicio del año el ministro de Economía, Luis de Guindos, a propósito del impacto que podría tener en el ánimo de los inversores internacionales el desafío soberanista lanzado por el gobierno de Artur Mas y su convocatoria de un referéndum el 9 de noviembre de este año en el que pronunciarse sobre la independencia de Cataluña.
“Sí preguntan por esta cuestión, aunque no es el aspecto que más preocupe de la realidad española. Interesan más otros temas como el desempleo, la banca o el impacto de los test de estrés”, reconoce un ejecutivo de un banco de negocios anglosajón. Pero fuentes financieras también apuntan que si el pulso soberanista no ha pasado aún al primer plano de la agenda de los inversores interesados en España es porque, de momento, no se percibe como una realidad inmediata. “En la Constitución no se contempla la consulta. Pero si el referéndum toma cuerpo, sí creará una inestabilidad que será tenida en cuenta por los inversores”, añaden en la banca de inversión.
JP Morgan es explícita al advertir que la cuestión catalana puede crear turbulencias para España. En un informe fechado el 18 de diciembre pasado, la firma estadounidense advierte de que el pulso soberanista catalán se convertirá en un asunto de peso en la segunda mitad del año, “poniendo de forma significativa el viento en contra de España”.
JP Morgan afirma que el debate sobre la independencia de Cataluña es la “cuestión política más tensa y emotiva en Europa a día de hoy”. Y advierte que, vistas las posiciones actuales tanto del Gobierno central como del catalán, será difícil evitar “una seria colisión en la segunda mitad de 2014”. En su opinión, el escenario más probable es el de la celebración de elecciones anticipadas en Cataluña, ante la negativa de Rajoy a autorizar un referéndum, aunque tampoco se puede descartar que el Gobierno de Mas siga adelante con la consulta, a pesar de que su celebración pudiera suponer la suspensión del estatuto de autonomía catalán.
“La cuestión de la unidad nacional de uno de los grandes miembros del área euro es un asunto que nos concierne”, reconoce JP Morgan, que va más allá en su advertencia. Afirma que Cataluña plantea desafíos que “podrían distraer la atención puesta en los sólidos progresos de la agenda reformista”, que tantos elogios ha recibido hasta ahora los inversores.