Círculo vicioso entre gobiernos y bancos
Las acciones de los bancos europeos están aumentando junto con bonos de la periferia de la zona euro. Es la imagen contraria del círculo vicioso de caídas compartidas. Esta conexión soluciona –más que causa– un dolor de cabeza político. Pero muestra que el vínculo simbiótico entre gobiernos y bancos no se ha roto.
Los bonos de los gobiernos miembros más débiles de la zona euro se están vendiendo bien. Irlanda, España y Portugal consiguieron fácilmente financiarse en el mercado esta semana. Y pagan menos por ello.
Al mismo tiempo, las acciones de las entidades financieras están aumentando: el índice EuroStoxx de acciones de los bancos ha aumentado hasta un 5% desde el dos de enero, 10 veces más que el mercado en general. Este círculo vicioso emergente es fácil de comprender. Lo que es bueno para la deuda pública, es bueno para los bancos.
Las entidades ganan con esta subida porque poseen grandes cantidades de deuda pública
Las entidades ganan porque poseen grandes cantidades de deuda pública, incluso tras del recorte posterior a los picos de crisis. Para los bancos, unos precios de los bonos más elevados se traducen en mayor confianza de los inversores en sus balances.
Las ganancias van en ambas direcciones. No solo los gobiernos más fuertes hacen que los bancos parezcan más sanos, también unos bancos más fuertes hacen que los gobiernos se vean menos vulnerables.
Por supuesto, los políticos se han tranquilizado más que inquietado por la feliz espiral. Incluso pueden tener en cuenta las indicaciones de la creciente demanda extranjera de la deuda periférica como una señal de que han roto el vínculo entre los soberanos y los bancos.
Pero la complacencia es prematura. La emisión de bonos netos en algunos países de la zona euro cambiará poco con respecto al año pasado, según UBS. Los bancos nacionales, que se enfrentan a la revisión de calidad de los activos del BCE, pueden no estar dispuestos o no ser capaces de comprar la mayor cantidad de esta deuda como en años anteriores. Y los extranjeros podrían no estar dispuestos a llenar el vacío. Cualquier señal de que el rally de bonos está diluyéndose podía suponer una vuelta a la fatalidad.