La CNMV propone infiltrar técnicos de incógnito en las oficinas bancarias
La tarea de supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) baja a la arena de las oficinas bancarias. Después de que el escándalo de la comercialización de participaciones preferentes revelara las lagunas para abordar un control efectivo sobre las condiciones de venta de productos financieros, la CNMV ha reforzado su tarea de supervisión preventiva.
Según anunció su presidenta, Elvira Rodríguez, el supervisor va a adoptar una nueva y rompedora fórmula de vigilancia que sin duda va a poner en guardia a los empleados de oficinas bancarias. Pretende que sus técnicos acudan a las sucursales de incógnito, como inspectores anónimos, y recaben de primera mano la información sobre la oferta y condiciones de venta de productos bancarios, como si de clientes se tratara. Es la práctica que se conoce como “mistery shopping”.
Según explicó Rodríguez durante su participación en el Foro ABC Deloitte, se trata de una propuesta presentada al Ministerio de Economía con la que se pretende reforzar la capacidad de vigilancia de la institución. La venta de preferentes se realizó con la normativa Mifid de protección al pequeño inversor ya vigente, pero los abusos que se registraron en muchos casos y que ahora están siendo reconocidos en los procesos de arbitraje –en los que los clientes afectados pueden llegar a recuperar su inversión si se comprueba que hubo mala praxis– demuestran que gran parte de la comercialización de esos productos no se ajustó a la normativa en vigor, que reveló las limitaciones del regulador a la hora de vigilar su cumplimiento.
Con el problema de las preferentes aún sin haberse cerrado y con procesos judiciales sobre su venta abiertos, Rodríguez argumentó ayer que eran un producto complejo –como tal se consideraban según la normativa Mifid– pero que contaba con “todas las advertencias que tenían que tener”, y que quedaron reseñadas por la CNMV en los folletos de emisión de estos productos. Y, como insistía Rodríguez, la CNMV “no puede prohibir un producto”. En este sentido, reclama más la capacidad del organismo para asumir más competencias y responsabilidad y reivindica su aspiración de tener los mismos medios y capacidades de sus homólogos europeos, que ya han recurrido a la fórmula del “mistery shopping”.
“Nada de lo que nos estamos planteando es novedoso aunque sea nuevo para nosotros; es el estatus que tienen otros supervisores en nuestro campo –nacionales o extranjeros– y las herramientas con las que cuentan en otros países o, incluso, otros órganos del sector público español, defendió Rodríguez. El objetivo es cumplir “con nuestra responsabilidad de forma más eficaz”. “Las medidas son múltiples y dependen de la voluntad legislativa del Gobierno, pero puedo asegurarles que no son heterodoxas aunque puedan parecer un poco radicales”, añadió.
La CNMV ya incluyó del desarrollo de la supervisión preventiva en su plan de actuación para este año y en el que se recogía que en el cuarto trimestre “la CNMV realizará una revisión temprana de aquellas emisiones registradas en la institución que tengan un especial interés supervisor por su carácter complejo”. Una de esas actuaciones se ha producido ya con la recomendación lanzada sobre los fondos con objetivos de rentabilidad y que las entidades están ofreciendo a menudo como sustituto de los garantizados cuando a estos les llega el vencimiento, con la advertencia de que no cuentan ni con el capital ni la rentabilidad garantizadas.
Bankia
La presidenta de la CNMV también señaló que el organismo prevé haber concluido la investigación sobre el posible abuso de mercado en acciones de Bankia justo antes de su ampliación de capital. Rodríguez avanzó que la CNMV ha investigado 41 millones de operaciones de las 137 que se produjeron el día denunciado y han surgido dudas respecto a la operativa sobre unos 4 millones de acciones de Bankia.
Dudas sobre la venta de 4 millones de acciones de Bankia
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) “tiene dudas con posible incumplimiento” en la venta de cuatro millones de acciones de Bankia durante la ampliación de capital que realizó la entidad a finales de mayo, según ha avanzado la presidenta del supervisor, Elvira Rodríguez.
Apuntó que “de aquí a final de año” la CNMV tendrá resuelto el expediente de la venta de estos títulos, en la que se detectaron movimiento irregulares. “Si son ventas al descubierto, las sancionaremos porque tenemos base jurídica suficiente para ello”, ha añadido.
En este sentido, ha indicado que antes de la ampliación de capital, Bankia tenía 20 millones de acciones, “una situación que no se va a volver a dar”. Después de esta operación, tenía 11.500 millones de títulos. En esos días, anteriores a la puesta material en los mercados, se vendieron 137 millones de acciones, algo que, ha dicho, “chocó” ya que eran “muy pocas” en comparación con las 11.500 millones que había. “Esas ventas se hicieron al amparo del reglamento de ventas en corto europeo”, ha apuntado.
De esos 137 millones de títulos, la CNMV ha investigado 41 millones de acciones, de los que tiene dudas por posible incumplimiento en el entorno de cuatro millones de acciones.
Según ha asegurado, el supervisor se encuentra en estos momentos en el final del proceso de análisis de estas operaciones, con el fin de poder tener cerrado el expediente antes de que acabe el año.
Rodríguez ha explicado que este caso ha permitido a la CNMV trabajar “por primera vez con una normativa nueva” y detectar que quienes vendieron esas acciones eran inversores extranjeros, por lo que han tenido que ponerse en contacto de la red de cooperación de supervisores. POSICIONES EN CORTO.
En otro orden de cosas, la presidenta de la Comisión de Valores se ha referido a las operaciones en corto, prohibidas en los primeros meses de su mandato en España. Según ha manifestado, las posiciones cortas “no son perjudiciales 'a priori' para las empresas y mucho menos para los pequeños accionistas, porque a veces dan liquidez al mercado”.
En este sentido, ha indicado que la CNMV no las prohíbe porque no puede, ya que desde el uno de noviembre de 2012 “prohibir posiciones cortas en un país miembro de la Unión Europea es prácticamente imposible”. “Son ventas a plazos sin tener los títulos pero en estado de tenerlos cuando la operación se liquida”, ha precisado.
Rodríguez ha añadido que ningún país europeo ha prohibido las posiciones cortas de continuado porque “no se puede hacer”. “No es tan perjudicial. A veces habría que preguntarse por qué atacan a determinados valores a la baja y a lo mejor resolver los problemas por ese camino”, ha concluido.