El Bank of Ireland comienza a devolver al Estado parte de su rescate
El Bank Of Ireland (BoI), primera entidad privada irlandesa, emitirá hoy acciones por un valor de 580 millones de euros para iniciar la devolución de los 1.800 millones de euros que el Gobierno de Dublín invirtió en su rescate en 2009 a través de la compra de preferentes.
Con los ingresos de esa captación de capital, el BoI prevé reducir del 15% al 14 % la participación en la entidad del Estado irlandés, que inyectó un total de 4.800 millones de euros hace cuatro años para evitar su bancarrota.
De acuerdo con los términos de aquella operación, el BoI se comprometió a adquirir las acciones preferentes del Gobierno a un precio de 1 euro cada una antes de marzo de 2014, fecha a partir de la cual se encarecerían un 25%, 450 millones de euros más.
El resto de los 1.800 millones de euros que debe la entidad al Estado se obtendrá a través de una emisión de deuda para inversores privados, informó hoy el BoI.
“Durante los últimos cuatro años y medio, el banco ha dado una serie de pasos significativos para normalizar su relación con el Estado. Este paquete de capital es un parte integral de la normalización”, señaló la entidad en un comunicado.
El ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan, destacó hoy que la “exitosa conclusión” de estas operaciones generará “una prima sobre la inversión de 1.800 millones de euros”, lo que se traducirá en “beneficios para el contribuyente”.
Noonan aseguró hoy que el anuncio servirá para generar confianza en la “recuperación de Irlanda” y en su regreso definitivo a los mercados de deuda cuando abandone el próximo 15 de diciembre el rescate solicitado en 2010 a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 85.000 millones de euros.
“El sistema bancario irlandés se está recuperando, los inversores internacionales están regresando y ello tiene consecuencia positivas para todo el sistema financiero”, agregó el ministro en un comunicado.
El estallido de la burbuja inmobiliaria en Irlanda en 2008 llevó a la bancarrota a la mayoría de los bancos nacionales, lo que obligó a Dublín a rescatarlos y a asumir una deuda que, a su vez, secó las arcas del Estado y puso al país bajo el programa de ayuda de la UE y el FMI.
Como consecuencia de la consiguiente reforma del sistema financiero, el Gobierno irlandés tomó el control total del Allied Irish Banks (AIB) -la otra gran entidad privada- y nacionalizó parcialmente el BoI, los dos “bancos pilares” sobre los que ha refundado la banca nacional.