Más de 35 años, financiero o vendedor... Usted tiene el perfil de un defraudador
El fraude dentro de las empresas supone en España una pérdida de ingresos de unos 50.000 millones de euros al año, según un estudio elaborado por la consultora KMPG, que revela que más de la mitad de los defraudadores ocupan un puesto directivo o de gestión en la compañía.
El informe Perfiles de un defraudador 2013, difundido hoy por KPMG y en el que se han analizado 596 casos de fraude en 78 países, señala que el 61% de los casos de fraude son cometidos por los propios empleados, y el 70% con ayuda de cómplices.
Siete de cada diez defraudadores tienen una edad de entre 36 y 55 años, trabajan en el área de las finanzas o en operaciones y ventas, y llevan al menos seis años trabajando en la empresa.
Del total de los casos de fraude descubiertos por la consultora suiza, 20 pertenecen a España y se refieren tanto a grandes empresas como a pymes, e incide en que los sectores donde más se han cometido estos delitos son en el financiero, en el de las infraestructuras, en de las telecomunicaciones y en el de las energías.
“Las grandes inversiones en infraestructuras proporcionaron numerosas oportunidades para el fraude”, señala el estudio, que a su vez resalta una nueva generación de defraudadores gracias al uso creciente de las tecnologías.
La razón mayoritaria para cometer un fraude es económica, ya que de las más de 1.000 motivaciones mencionadas, 614 tuvieron que ver con el beneficio económico y las dificultades económicas.
Sin embargo, el socio del área de Forensic de KPMG en España, Ángel Requena, que ha participado en el estudio, ha indicado que también la crisis ha generado más presión por alcanzar determinados resultados en una empresa y por lo tanto “más posibilidades de que alguien esté tentado a manipular las cifras”.
El fraude empresarial en España no difiere mucho de las características que se presentan en otros países y el delito más cometido es el del alzamiento de bienes tanto monetarios como no monetarios.
El 56% de los casos ha cometido fraude por apropiación indebida de activos, donde la malversación representa el 40% y el fraude en las compras el 27%.
Asimismo, el fraude se produce de forma similar tanto en las grandes empresas como en las pymes y en el sector público y el 54% de los casos analizados se produjo por la debilidad de los controles internos en las compañías.
No obstante, el director del Área de Forensic de KPMG en España, Alfonso Bravo, que también ha colaborado en el estudio, ha asegurado que en los últimos años los cambios regulatorios y la reforma del código penal ha provocado una mayor concienciación de las compañías para adoptar más controles y sistemas de prevención de fraude.
En este sentido, en comparación con el último informe que elaboró la consultora en 2011 no se ha observado que el nivel de fraude haya aumentado sustancialmente.
“El fraude se comete en cualquier entorno, ya sea en ciclos económicos boyantes como en ciclos recesivos”, ha incido Requena.
Por otra parte, este análisis revela que es más fácil eludir los controles internos de una empresa cuando el fraude se comete entre dos o más empleados y asegura que en 2013 en los casos en los que los defraudadores actuaron con cómplices, el 74% de los delitos fueron cometidos a lo largo de cinco años.
Los casos de fraude analizados suponen una pérdida de ingresos equivalente al 5% del PIB mundial, es decir 2,6 billones de euros anuales.
En el caso de España supondría la pérdida de 50.000 millones de euros, “cifra superior a la del rescate bancario y equivalente a la capitalización bursátil de las compañías españolas más grandes”, ha comentado Requena.
Asimismo, una tercera parte de los defraudadores alegaron razones de superioridad como motivo para justificar su delito, y el 16% asegura que lo hicieron porque creían que estaban mal remunerados.