El BCE pide los informes de 5 años de los bancos que supervisará
Quintana y Delgado, candidatos al organismo de vigilancia de la banca europea
El Banco Central Europeo (BCE) no solo ha comenzado a analizar la armonización de las normas bancarias imperantes en cada país. También ha iniciado el fichaje de lo que será todo el equipo del nuevo organismo de supervisión única. Esta misma semana la institución ha reducido de 40 a 20 los candidatos para cubrir las 10 plazas correspondientes a las cuatro direcciones generales del nuevo organismo y a las seis direcciones generales adjuntas, a la que se suma un secretario general.
Pese a iniciar su andadura el próximo 4 de noviembre, dentro casi de un año, el organismo único supervisor ya ha comenzado a pedir a los diferentes bancos centrales nacionales información sobre las 130 entidades europeas a las que va a vigilar a partir de esa fecha –las que tengan unos activos superiores a los 30.000 millones de euros–, de las que 16 son españolas.
El BCE ha acotado su petición a los últimos cinco años, ya que considera que con estos datos puede conocer la trayectoria y salud de la entidad en concreto. Durante este periodo el sistema financiero europeo ha sufrido su mayor transformación a causa de la crisis económica y financiera. En España, de hecho, el sector bancario ha padecido la mayor reconversión de su historia, que le ha llevado a solicitar ayudas públicas directas por más de 61.300 millones de euros, a la vez que han desaparecido prácticamente todas las cajas de ahorros tras su trasformación en bancos.
El futuro supervisor europeo también pretende cambiar la forma en la que se estudiarán las observaciones que se realicen a las entidades supervisadas. Será obligatorio entregar al banco inspeccionado una relación de hechos con los asuntos que se hayan detectado en la inspección. Además, se someterán estos informes hacia arriba, hacia la cúpula del BCE, con lo que gran parte de los estamentos del organismo de supervisión podrán analizar las debilidades de una entidad en cuestión.
Esta metodología era, precisamente, la que llevan años reclamando los inspectores del Banco de España.
Mientras, el proceso de selección de la cúpula del nuevo organismo de supervisión del BCE sigue.
En el caso de España, inicialmente fueron cuatro los candidatos que habían mostrado su interés en participar en este proyecto, aunque solo dos, Ramón Quintana, director general de supervisión del Banco de España, y Margarita Delgado, actual responsable de supervisión del grupo I de grandes bancos, parecen los destinados a ocupar una dirección general de este nuevo organismo. Quintana, de hecho, es el que cuenta con más posibilidades para ocupar una de las cuatro direcciones generales. Pese a que no hay cupos por la representación de los sistemas financieros de cada país, varias fuentes afirman que, aunque España se da por satisfecha con este cargo, aspira a que por el peso de su banca le correspondan dos direcciones generales, aunque una de ellas fuese adjunta. Por ello, no se descarta que Margarita Delgado también pueda sentarse en el organismo único de supervisión.
Otras fuentes también incluyen en el listado de aspirantes españoles a una subdirectora del Ministerio de Economía y de un ejecutivo de PwC, Alberto Calles, que trabajó en el Banco de España. Fuentes cercanas a este proceso de selección de profesionales apuntan a que en las bases del BCE para presentar candidatura no hace falta desempeñar un puesto de trabajo en la Administración.
El próximo lunes se produce otro corte en las candidaturas para cubrir los puestos de casi un centenar de inspectores, procedentes de toda Europa. El objetivo es contar en 2014 con unos 800 en total.
Danièle Nouy, futura presidenta de este Consejo Supervisor del Banco Central Europeo (BCE), abogó ayer por que se impongan límites a la exposición de deuda soberana. La francesa, secretaria general de la autoridad gala encargada del control de la banca, compareció ayer ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara.