Los presidentes de cajas podrán seguir hasta 2016 al frente de sus bancos
Convergencia i Unió (CiU) presentó ayer en el Senado una enmienda a Ley de Cajas y Fundaciones Banciarias, pactada con el Partido Popular, que permitirá la compatibilidad de cargos entre las cajas de ahorros, que deberá convertirse en fundación, y los bancos filiales de las mismas durante un periodo de tiempo limitado. Este se ha fijado en 2,5 años, es decir, hasta junio de 2016, un tope inferior al que había reclamado el sector financiero.
A partir de esta fecha deberán elegir entre seguir al frente de la fundación, encargadas de gestionar la obra social, o en el máximo órgano de gobierno de la entidad financiera.
La medida, que desde el principio ha chocado con el rechazo de la troika europea (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), se podrá aplicar a aquellos miembros del consejo de administración “de la entidad bancaria de la cual la fundación sea accionista” que no ejerzan funciones ejecutivas en el banco y en la citada fundación.
Otra limitación, según reza la enmienda presentada ayer por CiU, es que “el número de miembros compatibles en la entidad de crédito no podrá exceder del 25% de los miembros de su consejo de administración”.
Este cambio permitirá, por ejemplo, al actual presidente de CaixaBank, Isidro Fainé, continuar hasta la fecha mencionada, junio de 2016, como máximo responsable de la antigua caja de ahorros de la entidad catalana.
Por el contrario, Mario Fernández, presidente de Kutxabank, renunció hace unas semanas a presidir la fundación de la entidad vasca por motivos de edad.
Además de Fainé y Fernández los otros afectados por la medida son Amado Franco (Ibercaja), Braulio Medel (Unicaja) y Manuel Menéndez (Liberbank).
Tras su paso por el Senado, la citada Ley de Cajas regresará al Congreso para su aprobación definitiva antes de la próxima Navidad.
Sin fondo de reserva si salen a cotizar a Bolsa
Otra de las modificaciones introducidas durante el trámite de la Ley de Cajas, durante su paso por el Congreso, ha sido la eliminación del fondo de reserva. Este no estará en el banco, como fijaba el proyecto de ley actual, ni en la fundación como reclamaban varias de las antiguas cajas, como Kutxabank. Eso sí, para conseguir no tener que dotar el fondo de reserva, como reclamaba la troika, las fundaciones deben acometer un plan de desinversión para perder el control del banco. De esta forma, las fundaciones no podrán tener más del 49% del capital de su filial en un plazo no superior a cinco años. Una medida que reclamaban Kutxabank o La Caixa. No obstante, en la práctica esto significa que la entidad vasca, Unicaja e Ibercaja –CaixaBank no porque ya cotiza– deberán salir a Bolsa o contar con otros accionistas, además de la fundación en menos de cinco años.