El todoterreno de Porsche más pequeño y accesible

La marca alemana presenta el Macan. Se suma a la gama muy de moda de los compactos.

Un Porsche siempre levanta pasiones y miradas del resto de conductores. Ahora la marca alemana se lo pone más fácil a los amantes de sus coches, con una versión compacta y más barata de un todoterreno. Esta semana, el fabricante ha presentado en el salón del automóvil de Los Ángeles el nuevo Macan, al que algunos han bautizado como el mini Cayenne, en referencia a su hermano mayor, estrenado en 2002.

El nuevo todoterreno se suma a la gama muy de moda de los compactos, además de llegar con un precio más accesible. La versión Macan S diésel está disponible a partir de 63.150 euros y el turbo, desde 93.100 euros. La versión más económica del Cayenne, sin embargo, parte de los 70.000 euros hasta los 175.000 del turbo. El Macan estará a la venta en los concesionarios españoles el 5 de abril de 2014.

El nombre del vehículo significa tigre en indonesio y coincide casualmente con el muy deseado vino Macán de Vega Sicilia. Como manda la tradición de la casa, este todoterreno nace con unas líneas deportivas muy marcadas. Está equipado con un motor V6 de tres litros que desarrolla 340 caballos de potencia, con un sistema de tracción a las cuatro ruedas. También aporta siete velocidades, que en la versión Sport Chrono permite acelerar hasta los 100 kilómetros por hora en 5,4 segundos. El interior también aporta carácter sport, con asientos más bajos de lo habitual en su segmento, palanca de cambios alta, volante deportivo y arranque a la izquierda (como en los demás modelos Porsche).

Los instrumentos se presentan con tres relojes circulares. La esfera derecha lleva una pantalla en color donde consultar las funciones del ordenador de a bordo y mapas, de forma independiente a la consola central.

Todas las versiones cuentan con doble embrague y siete marchas de serie. Con un solo botón, llamado offroad, se activan las prestaciones todoterreno para ganar tracción. Con pulsar la tecla sport, en cambio, el coche se adapta a un modo más de competición, incluso con un sonido más rotundo del motor, con cambios de marcha casi instantáneos.