Aquí te pillo, aquí te pago
Llevar el coche al taller después de un accidente, para que el perito evalúe los daños y la aseguradora se haga cargo de la factura, empieza a ser algo del pasado. La crisis económica ha hecho que las aseguradoras empiecen a ofrecer la posibilidad de pagar la indemnización en efectivo. Esta vía, perfectamente legal, beneficia a las compañías de seguros, que se ahorran el IVA (el 21% de la factura) y supone una fuente de liquidez para aquellos asegurados que andan más apurados.
Línea Directa, filial del grupo Bankinter y la mayor compañía española de seguro online, lleva varios meses dando la opción a los conductores accidentados de cobrar directamente la indemnización, siempre que se trate de un siniestro leve donde no haya más que daños de chapa. “Es el asegurado quien debe decidir cómo quiere que le paguemos. Si prefiere llevar el coche al taller, no tenemos ningún problema, pero si opta por recibir el dinero en efectivo se lo abonamos por transferencia bancaria”, apuntan fuentes de la aseguradora, que admiten que la difícil situación económica de muchas familias está haciendo que se generalice este hábito.
“En otro tipo de seguros siempre ha sido una práctica habitual la indemnización directa al asegurado, pero ahora se está extendiendo al seguro del automóvil”, explica un portavoz de la Asociación de Peritos de Seguros y Comisarios de Averías, Apcas.
El pago directo de la indemnización ha provocado algunas críticas desde diversos colectivos, especialmente por parte de los talleres. Juan Antonio Sánchez Torres, presidente de Ganvam (una de las patronales del sector, que agrupa a 9.000 asociados) explica que cada vez son más los clientes que, tras cobrar la indemnización, deciden no reparar el vehículo. “En muchos casos, prefieren destinar este importe a tapar otros agujeros domésticos que nada tienen que ver con el arreglo en el taller, lo que agrava la ya de por sí difícil situación de los servicios posventa y repercute de forma negativa en la seguridad vial al favorecer la circulación de coches sin reparar”, apunta.
A vueltas con el IVA
Otro factor de conflicto es el IVA. La aseguradora, al abonar directamente la indemnización, no debe hacerse cargo de este impuesto, dado que aún no se ha producido ningún servicio que deba ser gravado. Cuando el conductor acude al taller es, en muchos casos, cuando se da cuenta de que debe pagar de su bolsillo el 21% de IVA. “Este sobrecoste fiscal acaba disuadiendo en muchos casos al propietario del vehículo de ir adelante con la reparación, obligando al taller a tirar los precios”, explica Sánchez Torres.
En otros casos, la negativa del taller a realizar la reparación sin liquidar el impuesto correspondiente “empuja a los usuarios a acudir a un taller ilegal sin ningún tipo de control y con piezas de dudosa procedencia, lo que abarata el precio final a costa de comprometer la seguridad de los conductores”, comenta el presidente de Ganvam. Los asegurados más apurados económicamente también empiezan a optar por hacer una reparación casera.
Tras la denuncia de las asociaciones de reparadores, el Consejo Andaluz de Consumo (dependiente de la Junta de Andalucía) ha respaldado a los talleres y ha emitido un comunicado denunciando “determinadas prácticas de algunas compañías aseguradoras que, amparándose en la Ley del Seguro, comprometen en buena medida la seguridad de los consumidores, pudiendo inducir incluso a situaciones de fraude”.
Fuentes de una aseguradora española añaden un problema adicional: la posibilidad de que a la hora de fijar la indemnización que se pagará al cliente no se hayan evaluado correctamente los daños. “El papel del taller es muy importante porque los operarios pueden dialogar con el perito y señalar la conveniencia de sustituir una pieza o llamar la atención de un daño no detectado”, apuntan.
Gema Reig, directora de marketing, de Direct Seguros (filial del grupo Axa), explica la política de la compañía es priorizar la reparación “antes que dar dinero a nuestro cliente, porque de este modo lo que ofrecemos es la tranquilidad de que nos ocupamos de todo desde la primera llamada”.
Una práctica que genera controversia
Desde diferentes ámbitos se ha empezado a denunciar los conflictos que genera el pago directo de la indemnización por el siniestro de un vehículo.
1. Sin reparación. La mayor parte de los asegurados que decide cobrar en efectivo la indemnización lo hace porque está en una situación económica delicada. En muchos casos, después de recibir el dinero no llegan a efectuar la reparación, con lo que se deteriora el parque de vehículos usados.
2. Talleres pirata. Otro de los problemas surge cuando el conductor que ha percibido la indemnización en metálico decide no acudir a un taller homologado, y recurre a un taller pirata, para intentar pagar la menor cuantía posible por la reparación. “Optar por esta vía genera una importante indefensión de cara al cliente, porque tendrá más dificultades a la hora de reclamar un defecto en la reparación que si lo hace la propia compañía”, explica Arturo Fernández, de AF Mediación.
3. Pago del IVA. El asegurado que recibe la indemnización en efectivo no está obligado a pagar ningún tipo de impuesto. Ni el IVA, que sí que debería abonar cuando reparara el vehículo, ni el IRPF (la indemnización emanada de un contrato de seguro está exenta).
4. Peritaje. El asegurado que recibe directamente la indemnización no tiene el contraste del taller sobre la valoración económica realizada por el perito.